Huaraz, 13 de junio de 1824.
Al Señor General Juan Paz del Castillo.
S.E. el Libertador, después de haber meditado profundamente sobre el estado presente de las cosas, me manda comunicar a V.S. las siguientes instrucciones:
1°.- Se ha dado con esta fecha orden al señor comandante Wright [1] para que con los buques de guerra y transportes que forman la expedición que viene a sus órdenes, quede en las costas del Perú con el fin de salvar cuanto se pueda del ejército, en caso de una desgracia.
2°.- Se le ha prevenido también al mismo Wright que en caso que sepa que fuerzas enemigas superiores a las que él manda, vinieren al mar del Sur, y que haya la más pequeña sospecha de que vienen sobre nuestros buques de guerra y transportes, se retire con todo el convoy a Guayaquil.
3°.- También se manda con esta fecha que las expediciones que vengan de cualquier punto de Colombia a éstas costas en los meses de julio o agosto, desembarquen [2] en Supe, siempre que no se sepa que hemos sufrido alguna desgracia, y en este caso que los convoyes, en los mismos términos que han venido, vuelvan a Huanchaco y desembarquen [3] las tropas que traen a su bordo y que todos los buques se reúnan al señor Wright: son todas estas las circunstancias que V.S. debe tener muy presentes para que dé las órdenes claras y terminantes a los comandantes de los convoyes.
4°.- Toda expedición que haya de salir de cualquier punto de Colombia desde fines de julio en adelante, la detendrá V.S. en esa ciudad, procurará organizar, disciplinar los cuerpos y ponerlos en perfecto estado de campaña hasta que reciban nuevas órdenes. Y es la razón, que si estas tropas viniesen al Perú después del tiempo expresado, llegarían tarde para que pudiesen obrar el día de la batalla que ha de decidir la suerte de este país, y quedándose en esa ciudad, servirían de una suma utilidad para defender el sur de Colombia, que se vería inminentemente amenazado en caso de una desgracia.
5°.- Si V.S. supiere que alguna fuerza española superior a la nuestra estuviese positivamente en las aguas del Pacífico, lo avisará V.S. inmediatamente por la posta a S.E. el Libertador, y al prefecto de Trujillo y se contraerá a poner ese puerto en estado de repeler con ventajas los insultos que los enemigos intente hacerle.
6°.- Este mismo aviso dará V.S. al señor intendente de Panamá y a todas nuestras costas del Sur.
7°.- Si V.S. fuere informado por algún conducto fidedigno que nuestro ejército ha sufrido alguna derrota, V.S. considerará desde entonces que el sur de Colombia será el nuevo teatro de la guerra. En su consecuencia, nada se omitirá de cuanto dictan los principios y la experiencia para poner ese departamento en completa seguridad. V.S. dará los avisos correspondientes al jefe superior de esos departamentos, para que por su parte haga cuanto le toca para ponerlos fuera de peligro, e inspirar confianza a sus habitantes. Estos mismos avisos deben remitirse por diferentes vías al Gobierno Supremo de la República procurando manifestarle los peligros que correría el Sur en tal caso.
Dios guarde, &.
[TOMÁS DE HERES]
Adición al intendente de Guayaquil: Luego que V.S. sepa que nuestro ejército ha sido derrotado, mandará inmediatamente al puerto de Huanchaco cuantos buques pueda tomar, para que en ellos se salve lo que se pueda. En los buques vendrá toda la aguada y víveres, etc. que V.S. pueda conseguir, pues en ellos se han de embarcar tropas.
El prefecto de Trujillo tiene órdenes para dar a V.S. avisos en el momento que supiere alguna desgracia, y de pedirle víveres, buques, etc. Estos avisos equivaldrían a una orden de S.E.
Dios guarde, &.
[TOMÁS DE HERES]
* De un copiador de Secretaría. Archivo del Libertador, Sección O’Leary. Tomo 36, folios 436 recto- 437 Vto., y la adición, en el folio 439 recto. También se halla este documento en las Memorias del General O’Leary. Tomo XXII, pp. 333-334; en este último no se encuentra la adición.
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