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DOCUMENTO 9419. OFICIO DE JUAN SANTANA PARA EL INTENDENTE DEL DEPARTAMENTO DE GUAYAQUIL, FECHADO EN HUAMACHUCO EL 8 DE MAYO DE 1824. DE ORDEN DEL LIBERTADOR LE INFORMA QUE EL CAPITÁN DE NAVÍO JUAN SPRY TOMARÁ EL MANDO DE UNA CORBETA; TAMBIÉN SOBRE LA DISPOSICIÓN DEL LIBERTADOR PARA QUE SE HAGA LA HABILITACIÓN DE LOS BUQUES DE GUERRA, INFORMA SOBRE LA PRÓXIMA LLEGADA DE ALGUNOS CONTINGENTES DE TROPAS COLOMBIANAS A GUAYAQUIL, CON DESTINO A PERÚ Y SOBRE EL PARTICULAR ORDENA QUE SE TOMEN LAS MEDIDAS PARA LA RECEPCIÓN DE ESAS TROPAS Y SU ENVÍO AL PERÚ.*

Huamachuco, 8 de mayo de 1824.

Al Intendente del Departamento de Guayaquil.

El capitán de navío Juan Spry, que llegó a este cuartel regresa inmediatamente a Guayaquil a tomar el mando de la corbeta General Santander que le confirió S.E. el Libertador y S.E. reitera la orden que se comunicó a V.S. desde Trujillo, para que cuando nuestros buques de guerra salgan al mar vayan con el oficial más antiguo para de este modo evitar toda especie de desavenencia que pudiera resultar, y que actualmente nos sería doblemente perjudicial, debiendo todo hacerse en el mejor orden y la más prefecta armonía. A esta orden sólo añade S.E. la de que V.S. confiera el mando de los buques de guerra que salen al mar, tres días antes de salir del puerto, para que impuesto de las faltas de cada uno, las reponga antes de zarpar de esa ría.

Dispone S.E. el Libertador que el capitán del puerto de Guayaquil Antonio Luzarraga lo encargue V.S. por comisión especial de S.E. de todo lo relativo a la habilitación [1] de los buques de guerra, embarco y desembarco de las tropas, pues este oficial es excesivamente activo y conoce el manejo mejor que todo otro.

S.E. el Libertador ha recibido antes de ayer comunicaciones de S.E. el Vicepresidente de la República hasta el 6 de febrero próximo pasado en que participa que de los 12.000 mil hombres que había ido a buscar el coronel Ibarra, cuatro mil debían llegar al Istmo en todo el mes pasado y el presente, es decir, que estos cuatro mil hombres son independientes de los tres mil que se embarcaron en Maracaibo y deben estar ya navegando hacia las costas del Perú, y que reunidas estas dos divisiones forman un cuerpo de siete mil hombres. Nadie mejor que V.S. conoce la actual situación del Perú, la absoluta necesidad que hay de tropas para asegurar el buen éxito de la próxima campaña, y ninguno más que V.S. debe tomar un extraordinario interés en remitir estas expediciones al Perú conforme vayan llegando. Por todo esto, y por mil razones poderosas que omite S.E. repetir, me manda S.E. prevenir a V.S. lo siguiente.

1°.- Que V.S. vaya preparando todo, todo, para que al primer aviso que tenga V.S. de que los mencionados cuatro mil hombres han salido ya de las costas del Norte de Colombia, remita V.S. al Istmo transportes y víveres suficientes para su conducción a las costas del Perú. A Guayaquil debe venir un oficial comisionado por nuestro Gobierno a informar a S.E. del estado de la expedición de cuatro mil hombres que ofrece, y faculta a V.S. para abrir la correspondencia que venga de Bogotá, con el objeto de que impuesto V.S. del contenido de ella y si el Gobierno asegura que los cuatro mil hombres han salido ya o están prontos a salir, entonces V.S. envíe por ellos al Istmo, para lo cual tendrá todo preparado de antemano. Aunque S.E. no duda de que estas tropas vienen, pueden retardarse por cualquier contingencia, y sería muy doloroso exponernos a perder multitud de raciones, como ha sucedido antes, y a duplicar nuestros gastos.

2°.- Que V.S. por ningún motivo empontone en esa ría tanto estas tropas como los reclutas que debe remitir el general Salom, porque comprimidos y expuestos a la intemperie enferman, mueren y contagian a los demás.

3°.- Que V.S. ponga a bordo de todos los transportes que conducen tropas al Perú, víveres para cincuenta días, contados desde Puna, pues S.E. dispone ahora que estas expediciones remonten hasta el puerto de Supe si es posible, siendo este el lugar donde desembarcarán las tropas y allí encontrarán todo preparado, pues debiendo marchar el ejército hacia delante, mientras más al Sur desembarquen, tanto más fácil será la reunión al ejército.

4°.- Prevenga V.S. a los comandantes de los convoyes que si en la navegación se escasean los víveres, toquen en los puertos de Pascamayo o Huanchaco, donde los repondrán junto con la aguada, y seguirán su navegación a Supe.

5°.- Que si las expediciones no pudiesen absolutamente remontar hasta el puerto de Supe, lleguen al de Casma y si no pudieren tomar éste, al de Nepeña o Santa, donde encontrarán igualmente todo preparado para marchar inmediatamente a la Sierra.

Dios guarde, &.

[JUAN SANTANA]

* De un copiador de Secretaría. Archivo del Libertador, Sección O’Leary. Tomo 36, folios 346 Vto.-349 recto. También se halla este documento en Memorias del General O’Leary, Tomo XXII, pp. 270-271.

Notas

[1] En el copiador está escrito "habitación", lo cual ha sido corregido de acuerdo con el sentido de la redacción.

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