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DOCUMENTO 9488 CARTA DE SIMÓN BOLÍVAR AL GENERAL DE DIVISIÓN ANTONIO JOSÉ DE SUCRE, FECHADA EN HUARAZ EL 9 DE JUNIO DE 1824, POR MEDIO DE LA CUAL LE TRATA LOS ASUNTOS SIGUIENTES: MANDO DE LAS GUERRILLAS AHORA BAJO LA DIRECCIÓN DEL GENERAL MILLER, RECONOCIMIENTOS TERRESTRES, DIFUSIÓN DE INFORMACIONES FALSAS COMO MEDIDAS DE ENGAÑO, MOVIMIENTOS DE TROPA Y SITUACIÓN DE LOS REALISTAS EN EL PERÚ.*

Huaraz, 9 de junio de 1824.

Al Señor General Antonio José de Sucre.

Mí querido General:

He recibido una porción de comunicaciones de Ud. desde 5 del corriente, con inclusión de todos los partes y ocurrencias del día, de todo quedo perfectamente instruido.

Ahora mando al general Miller, que ha deseado ir a tomar el mando de las guerrillas de Pasco y de nuestros puestos avanzados por aquella parte. El escuadrón de Aldao [1], que le acompañe a él para hacer estos servicios. Encomiéndole a Ud. mucho que haga cuidar los caballos para que no se destruyan para la presente campaña. El coronel Althaus [2], que le acompañe para que le­vante croquis del país y nos dé relaciones geográficas del territorio que hemos de atravesar. Lo que más deben investigar es el estado de las fuerzas enemigas y sus posiciones; los pasos del río de Jauja que son vadeables; las posiciones fuertes que puede tomar el enemigo; y los rodeos que nosotros debemos seguir para evitar estas posiciones a derecha e izquierda del río de Jauja. Déles Ud. instrucciones muy detalladas y luminosas, para que llenen nuestras miras y hagan bien su servicio.

Haga Ud. que esos señores tomen medidas de modo que parezca que yo voy a pasar la cordillera por Canta, para recibirlos por aquella parte con 8.000 hombres más que menos: este punto es capital. Todo debe parecer que se nos va a esperar por el lado de Yauli.

Haga Ud. correr que yo digo que voy a Huánuco, para engañar a los enemigos. En efecto, yo parto de aquí el 15 ó 16 para Cajatambo con ánimo de dar dirección a las tropas de Córdova y a las que vienen de Colombia a Supe, las cuales llegarán a fines de este mes a aquel puerto: escríbame Ud. allí. El general Lara quedará encargado de conducir la retaguardia del ejército llevando consigo todo, todo. A fines de este mes estará todo del otro lado de la cordillera, excepto el regimiento del Perú que habrá llegado para entonces aquí, y seguirá luego su ruta para Huallanca, que es el camino más recto y mejor.

El N° 3 ha marchado por Chavín; nuestros Granaderos han marchado por Huallanca. La mitad de la Legión, con dos compañías de Rifles, seguirá dentro de dos días por Chavín; y diariamente seguirán columnas de 40 hombres de infantería de todos los cuerpos por la misma ruta. Nuestros Húsares y los Granaderos de los Andes están en marcha y seguirán sin detención por el camino de Huallanca; y Ud. los colocará donde le parezca más conveniente para la subsistencia de los caballos.

El general Santa Cruz llevó dos mil pesos para esperar del otro lado de la cordillera toda nuestra infantería. Voy a mandar al doctor Blair [3] para que aguarde también al ejército, del otro lado de la cordillera, con un botiquín y prepare allí un hospital. El general Gamarra va encargado de esta operación. El hospital de aquí va muy bien; tiene muchas altas.

El parque lo conduce el coronel Carreño con buenas bestias; y espero que Ud. le mande dar las que están al otro lado de la cordillera, para relevar las mulas cansadas; y que pongan estas mulas cansadas en lugares seguros y abundantes de pasto. Es increíble la necesidad que hay de bestias para el ejército: hágalas Ud. buscar a precio de oro si es preciso. El señor Cesáreo Sánchez ofrece bagajes de Pasco a Jauja, y cincuenta caballos. Hágase Ud. cargo de este caballero, y empéñese con él para que le cumpla la palabra: ofrézcale Ud. inmensas recompensas por parte del gobierno si nos hace este gran servicio; y autorícelo Ud. con todas mis facultades para que pueda lograr el efecto de sus buenos deseos. Ofrezca Ud. recompensas a los espías para que consigan bestias; de suerte que se prodigue el dinero por obtener estos animales que tanto nos interesan. Lo mismo digo a Ud. sobre los víveres; y debe Ud. creer que con sagacidad y dinero no nos faltará nada.

Verá Ud., por la comisión que he dado al general Correa, los objetos que me he propuesto con respecto a las guerrillas de Canta. Yo quiero que 1.000 hombres de guerrillas, por lo menos, nos precedan y rodeen y envuelvan al enemigo por todas partes. En consecuencia, tome Ud. sus medidas para que esta parte de mis miras se llene perfectamente y a satisfacción de todos.

La columna que ha llegado a Casma traerá aquí 700 hombres buenos, y voy a dárselos a la primera división de Colombia para completar sus batallones.

A Supe llegarán en este mes 1.151 veteranos del Istmo; y voy a dárselos a la segunda división de Colombia para que aumente sus cuerpos y para que el señor Cordova no se queje. El coronel Urdaneta tiene orden de ir a recibirlos a Supe y conducirlos por Cajatambo a mi cuartel general. Entre ellos vienen algunos soldados de caballería de Venezuela, que destinaré a los Guías. En el mes de julio llegará al propio Supe el escuadrón de Guías con 600 hombres más para el ejército. También tendremos en el mes de agosto, 3.000 hombres más que vienen de Venezuela por el Istmo, según dice Carreño y también Castillo que ha mandado a buscarlos.

De todos modos tendremos tropas suficientes con que destruir a esos godos. Desde luego, yo no creo nada de sus refuerzos, ni de sus movimientos; pero sea lo que fuere, yo estoy resuelto a todo. En nada me pararé un momento hasta que no dé con ellos; pues estoy animado del demonio de la guerra y en tren de acabar esta lucha de un modo o de otro. Parece que el genio de la América y el de mi destino se me han metido en la cabeza. Por .otra parte, estoy lleno de las esperanzas más lisonjeras, porque hasta el día; todo se va realizando a medida de mis deseos. Tengo noticias positivas y francas de Intermedios y de Jauja, por el coronel Cerdeña, que hace 15 a 20 días salió de Quilca, y asegura que Valdés está enfermo; que sus tropas están en Oruro; y Olañeta en el Potosí, casi resuelto a ser patriota; también asegura, que no hay tales refuerzos venidos a Jauja, en lo que está de acuerdo el coronel Bermúdez, que ha venido de allí con muy buenos informes. Yo doy por cierto que vengan las tropas de Valdés: entonces tendrán los enemigos 8.000 hombres; y como nosotros llevaremos al campo de batalla otros tantos, la victoria es nuestra, sin remedio alguno. Así, no hay más que trabajar mucho y marchar pronto.

Adiós, soy de Ud. de corazón. BOLÍVAR

* Bolívar, Simón. Obras Completas. Vol. II. 1950. pp. 15-17. También se encuentra en: Memorias del General O’Leary. Tomo XXIX, pp. 503-508. En la primera referencia se aclara que fue tomado de Blanco y Azpúrua, Tomo IX, p. 437.

Notas

[1] Francisco Aldao, argentino, comandante del 4° escuadrón del regimiento de Húsares del Perú.

[2] Clemente Althaus, oficial de ingenieros, alemán.

[3] Dr. Hugo Blair, teniente coronel, cirujano mayor del batallón de Rifles de Bombona.

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