Al señor Jefe de Estado Mayor General.
S.E. desea que el batallón Bogotá sufra lo menos que sea posible en las marchas, a fin de que llegue completo al Cuartel General, y considerando que debe estar ya en los Valles de Cúcuta, previene a US. que lo haga descansar antes de emprender una nueva marcha.
Por las órdenes comunicadas a US. anteriormente, este cuerpo, aunque haya llegado, no habrá seguido sin que estén preparadas en el tránsito las raciones que debe consumir, como se ha indicado, puesto que sin esta medida sería exponerlo a perecer. Si no ha salido, como se cree, dispone S.E. que marche el batallón Anzoátegui, tomando de los víveres que haya en las jornadas, los que necesite hasta llegar al Cuartel General, y que se procuren nuevas raciones para el batallón Bogotá que seguirá pocos días después del Anzoátegui.
Siempre se adelantarán los Oficiales itinerarios que soliciten con mucha anticipación la comida de los cuerpos, lo cual se observará también, cuando hayan de venir Tunja y Vargas, que aunque dan más tiempo a prevenirles víveres también encuentran el camino con menos recursos. Estos Oficiales ocuparán todas las alpargatas que hubiere y harán construir las que necesitaren sus cuerpos.
Los Jefes de los batallones serán bien instruidos de las medidas que deben tomar para impedir las deserciones, en lo que pondrán el mayor celo: harán las marchas lentas, y con los descansos absolutamente necesarios; conservarán el mayor orden y serán advertidos de la recomendación que merecerán, presentándose sus cuerpos con las menores faltas posibles.
Los batallones vendrán completamente municionados; y con ellos se remitirán, o antes si fuere dable, todas las municiones que estén elaboradas, que vayan elaborándose y que vengan de Apure, anticipando los avisos necesarios al Gobernador de Mérida, para que disponga los bagajes que irán a recibirlas en el Puente de Chama. Que vengan también muchas alpargatas y se construyan siempre más.
Inste US. nuevamente por la marcha de los batallones Tunja y Vargas, para 1° de noviembre; pero cada uno con mil plazas buenas y fuertes; que estén perfectamente equipados, porque ninguna falta podrá repararse aquí. US. hará responsable a sus Comandantes y a los Comandantes Generales de aquellas Provincias del cumplimiento de esta orden de S.E.
Repita US. las solicitudes de dinero al Excmo. señor Vicepresidente de Cundinamarca, y que estas solicitudes sean reiteradas. Dé US. órdenes continuas para la venida del ganado a las comisiones en Guasdualito, Guaca y Santa Bárbara, pues cada vez se hace más difícil el mantenimiento del ejército, a que sólo puede bastar mucho ganado cuando no hay dinero bastante para comprar el pan a los precios excesivos que se consigue.
Ya debe haber llegado a Guasdualito el Coronel Encinoso [1], que el armamento que conduce venga volando a San Cristóbal para armar los cuerpos que han de venir para el ejército. El Coronel Vélez [2] remonta el Arauca con 2.000 fusiles; que se traigan también a San Cristóbal.
El batallón Anzoáíegui recogerá todos los atrasados de los cuerpos de la Guardia desde La Grita hasta aquí. Los hará venir con mucho cuidado.
Luego que el señor General Urdaneta esté mejorado de sus males, que venga el Doctor Foley acompañándolo.
Tengo el honor de comunicar a US. estas disposiciones de S.E. Dios, etc.
Trujillo, octubre 9 de 1820.
PEDRO BRICEÑO MÉNDEZ
530 ESCRITOS DEL LIBERTADOR
* De un impreso moderno. O’Leary, "Memorias"; tomo XVII, págs. 495-496.
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