El Rosario, 1° de agosto de 1820.
A S.E. el general F. de P. Santander.
Mi querido general:
He recibido anoche correspondencia de Montilla, en Turbaco, del 20 del pasado, participándome muchas cosas buenas pero con la añadidura de que perece por falta de dinero; dice que le faltaban diez pesos para despachar el oficial portador. Vd. verá parte de sus comunicaciones.
Las noticias son que Cartagena está sitiada, sin víveres, sin dinero, sin tropas y sin gobierno. El parte interceptado es admirable.
Brion bloquea ambas plazas, y participa que venía D’Evereux con 300 ó 400 hombres, que a Margarita han llegado 700 franceses con Rieux, y que de Jamaica escriben que la España ha mandado reconocer la independencia desde el Istmo al cabo de Hornos a condiciones de comercio. Me inclino a creer esta noticia porque es muy racional; y sólo me hace dudarla la porfiadez española. Pronto lo veremos.
Será necesario mandar para la escuadra harina, porque están comprando para mantener los marineros. Supongo que Vd. no se habrá olvidado de mandar el dinero que piden los sitiadores de Cartagena. Pronto empezamos a pagar aquella maldita plaza que ha sido y será la ruina de este país.
He mandado que D’Evereux obre por separado desde Maracaibo hasta Portobelo; combinando, sin embargo, sus operaciones con las nuestras. Y aun he dicho que intenten con los irlandeses un asalto a la plaza por Santo Domingo, que es cosa que no me parece imposible.
De Lara no hemos vuelto a saber nada desde el 11 del pasado.
Yo me iría a Cartagena por arreglarlo todo, de paso; mas no puedo hacerlo si no es en el caso de dejar asegurada esta parte con los fusiles que espero o con un armisticio de buena fe. Dentro de ocho días me determinaré, según se presente la comisión diplomática, que ya empieza a tardar.
Pasado mañana iré a San Cristóbal a pasar el día de Boyacá, y si los diputados vienen allí los veré.
He dado muchas disposiciones para que se cubra todo el Magdalena y la provincia de Santa Marta, que se manifiesta muy rebelde.
Dele Vd. la enhorabuena a Teresita por la libertad de su marido; y no se la dé a nuestra buena doña Manuela hasta que no sepamos la venida de su marido, que se esperaba de Santa Marta, o Jamaica, que de ambas han venido emigrados.
Los godos han echado de Cartagena a todos los patriotas, de aquellos que nos perdieron antes, y nos volverán a perder con el favor de Dios, a ejemplo de los emigrados ahora residentes en Guayana; lo peor es que este mal no tiene cura, porque todos nuestros compatriotas son hermanos.
Por si acaso se me hubiese olvidado, mande Vd. que se mande dinero a los que mandan en Cartagena.
Incluyo a Vd. un mal borrador para que lo ponga elegante en la Gaceta, corrigiéndole las picardías que digo de Morales, Díaz y Aldama.
Doy a Vd. la enhorabuena porque ya su competidor se ha ido hasta del país; pues el Virrey a quien ha echado hasta de su palacio quitándole además su virreinato. El pobre Obispo me da lástima entre los herejes de Jamaica. Qué alegres estarán en Bogotá, sin virrey, sin excomulgadores, con puertos y con patria.
Bastante se habrán alegrado el día de Boyacá, a menos que les haya llegado alguna derrota del Sur.
Dígale Vd. muchas cosas a Bernardina [1] y que estoy cansado de escribirle sin respuesta. Dígale Vd. que yo también soy soltero, y que gusto de ella aun más que Plaza, pues que nunca le he sido infiel.
Soy de corazón.
BOLÍVAR
* De un impreso moderno. Simón Bolívar, "Obras Completas", tomo I, págs. 486-488.
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