El Rosario, 18 de julio de 1820.
A S.E. el general F. de P. Santander.
Mi querido general:
Se acaba de ir hoy Herrera que vino a traer la contestación de mi oficio: ha estado con nosotros tres días viviendo y conversando familiarmente y con la mayor franqueza; no he querido ser indiscreto con él, forzándolo a que me diga el verdadero objeto de la negociación que va a entablarse: primero, por una delicadeza invencible, y segundo, porque no se persuada tenemos un grande interés en saber este secreto. Yo creo que él tiene, lo mismo que La Torre, bastante conocimiento del asunto en cuestión; pero es un deber aparentar que nada saben. En el curso de las largas conversaciones ha convenido en todo conmigo, y me ha parecido sincero en cuanto se ha explicado; bien que con bastante delicadeza, tanto por el estado de las cosas como por su carácter personal: quiero decir que él se ha amoldado a todo con una franqueza exterior que se asemeja a la buena fe, y mostrando siempre el efecto de las circunstancias. Ha convenido conmigo, por partes, en largas y diferentes ocasiones, en que la América no se puede subyugar, y en la impotencia de España. En una de tantas veces me ha dicho, como opinión propia, que Morillo tiene la orden de terminar la guerra de cualquier modo, bien entendido, por la paz.
Además de todo esto, la venida de él últimamente, ha sido sin objeto, sabiendo ya La Torre mi ultimátum. Esto parece que indica que su objeto es captarme la voluntad para los fines ulteriores: esto se ha dejado ver bastante claramente.
Con el motivo del armisticio se están pasando paisanos y tropas en bastante número, y reina gran desmoralización entre las tropas y paisanaje. Siempre ha pensado que el armisticio destruiría una gran parte del ejército español, y si he mostrado no quererlo es, primero, porque pienso sacar más ventajas de la paz que de la deserción, y segundo, porque nunca faltarán motivos para prolongar el armisticio si conviniere así.
Hace un mes salieron de Caracas los comisionados, vinieron por el Bajo Apure, no es extraño que se hayan dilatado mucho; los caminos están intransitables.
No he sabido de los cuerpos de operaciones.
Mando a Vd. esas gacetas para que se inserten los artículos interesantes.
Soy su afmo. de corazón.
BOLÍVAR
P.D.—Crea Vd. que tendremos paz, y dijo.
* De un impreso moderno. Simón Bolívar, "Obras Completas", tomo I. págs. 472-473.
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