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DOCUMENTO 2428 COMUNICACIÓN DE BOLÍVAR A LUIS LÓPEZ MÉNDEZ, AGENTE DE LA REPÚBLICA DE VENEZUELA EN LONDRES, FECHADA EN ANGOSTURA EL 21 DE NOVIEMBRE DE 1817, CON AMPLIO INFORME ACERCA DE LOS ACONTECIMIENTOS DE LA CAMPAÑA HASTA EL MOMENTO*

Cuartel General de Angostura, 21 de noviembre de 1817.

SIMÓN BOLÍVAR

Jefe Supremo de la República, Capitán-General de los Ejércitos de Venezuela y de la Nueva Granada, &,, &., &.

Al Señor Luis López Méndez, Agente de la República de Venezuela en Londres.

Acabo de recibir el oficio de V.S. de 22 de julio último, desgraciadamente retardado por haberse dirigido a Margarita la Corbeta Los dos amigos [1] Ha venido su capitán en una flechera y se le ha satisfecho el pasaje de los oficiales que ha conducido por disposición de V.S.

Estoy muy satisfecho del celo, actividad y acierto con que V.S. ha trabajado en servicio de la República, a cuyo nombre le doy con su nuevo Agente en esa Corte habrá entorpecido sus operaciones; pero no dudo que V.S. las continuará con mayor empeño en virtud de las nuevas credenciales [2] que para quitar toda duda le dirijo al efecto. Este acontecimiento, a que dio lugar la incertidumbre de mi paradero y aún de mi existencia en circunstancias muy críticas, tuvo por fortuna los mejores resultados. No hay que temer en adelante la menor innovación. El Gobierno tiene ya un centro fijo, se ha organizado regularmente, sigue una marcha firme y concentrada, y ha adquirido toda la consistencia y toda la energía necesaria para asegurar el triunfo de la Independencia. Puede V.S. estar seguro que si por desgracia del género humano no logra la España auxilios extranjeros nada podrá por sí sola contra la República de Venezuela.

Como yo me he propuesto no apartarme jamás de la verdad y de la buena fe en la dirección de los negocios públicos, no puedo menos de prevenir a V.S. que aunque nuestra situación militar y política es la más ventajosa, nuestra Hacienda se halla por el momento en el estado más deplorable. Todos los recursos de esta Provincia se han agotado para comprar a precios exorbitantes, armas, municiones y vestuario. Pero tenemos la satisfacción de que nuestra deuda pública es de poca o ninguna consideración, y contamos con los crecidos fondos que sabe V.S. pueden sacarse de las provincias de Barinas y Casanare, luego que tomado San Fernando de Apure [3] quede libre la comunicación con ellas. Este es el único punto que conservan allí los españoles; pero el General Páez que tiene una División considerable, aguarda para tomarlo nuestras fuerzas sutiles que van a dar la vela. Abstengámonos pues de contraer deudas hasta no tener seguros los medios de pagarlas. En esta atención prevengo a V.S. que se limite por ahora a las contratas de armas, municiones y vestuario, no empeñándose en mandar oficiales, ni soldados hasta que yo le avise.

Hablo en el concepto de que las contratas sean para satisfacerse durante la guerra, pues si son en los términos que V.S. ha proyectado para el crédito que negocia de ciento cincuenta mil libras esterlinas, las apruebo desde luego y obligo al efecto todas las rentas del Estado. Como estoy seguro de pagar cualesquiera deudas contraídas bajo tales condiciones, no temo comprometerme.

He dispuesto se remita a V.S. una relación circunstanciada de todo lo ocurrido desde el 9 de enero hasta la fecha con las piezas oficiales y documentos correspondientes. Todo se remitirá a V.S. del modo que indica en sus oficios. Entretanto me ceñiré a darle para su gobierno una ligera idea de nuestra situación militar y política.

No queda en toda la Guayana un solo enemigo de nuestra causa. El entusiasmo de la libertad es tal que aun cuando yo no la dejase bien guarnecida, el pueblo solo rechazaría cualquier ataque del enemigo; sin embargo, el General Sedeño [4] su Gobernador, la defenderá con diez escuadrones de Caballería, dos batallones de Infantería, dos compañías de Artillería y dos de Guardias Nacionales. La posesión de esta Provincia inaccesible al enemigo, nos asegura la Independencia de Venezuela. Cualesquiera desgracias que puedan sobrevenirnos, siempre tenemos este asilo seguro, y mil veces renacerá la guerra de su seno, si mil veces perdemos todo el demás territorio de la República.

Somos dueños absolutos del Orinoco y tenemos en él una escuadrilla sutil de 60 cañoneras y flecheras que como V.S. sabe son una especie de galeras. Tenemos además el competente número de buques mayores; se están armando algunos corsarios y se trabaja con la mayor actividad en la construcción de nuevas flecheras. Como tenemos numerosa y buena caballería a una y otra banda del río, nada adelantaría el enemigo con las más terribles fuerzas navales, y si intentase venir por tierra perecería de hambre todo su ejército. El Orinoco nos ofrece pues una base firme de operaciones y nos asegura contra todo acontecimiento desgraciado.

El General Páez ocupa el Bajo Apure a excepción del punto de San Fernando con una División de 4.000 hombres de caballería e infantería. Tenemos allí 40.000 caballos escogidos para remontar nuestra Caballería. Esta División, que fue la que batió las tropas veteranas, con que venía Morillo de la Nueva Granada amenazando a Venezuela con su último exterminio, está muy aguerrida, muy disciplinada, y su Caballería se ha hecho terrible a los enemigos. Mucha parte de ella es de la que nos hizo tan sangrienta guerra bajo las órdenes de Boves [5]; pero animada por el resentimiento del engaño y de la perfidia de los españoles, pelea contra ellos con todo el odio de que es capaz el corazón humano.

Toda la Provincia de Casanare que sabe V.S. pertenece a la Nueva Granada, ha sacudido segunda vez el yugo de los Españoles, ha reunido sus esfuerzos a los nuestros, y está mandada por uno de nuestros más intrépidos oficiales, el Coronel Nonato Pérez [6]. Tenemos allí un cuerpo de 2.000 hombres, dependiente de la División Páez. Las tropas del país se aumentan todos los días, y si tuviera armas para todos, sería ya una División formidable porque aquél se ha hecho el punto de reunión de los Independientes de la Nueva Granada, a la que Morillo, con su atroz secreto de exaltar el patriotismo, ha puesto en combustión. Tenemos comunicaciones ocultas y frecuentes con sus principales Provincias, y sabemos que del uno al otro extremo sólo se respira odio y venganza contra los Españoles, que muchos pueblos de los más considerables se han ya sublevado, y que bastará la presencia de un Jefe acreditado para ponerlos a todos en armas.

La Provincia de Cumaná se halla toda por nosotros. El enemigo sólo ocupa la Capital y algunos pequeños pueblos de la costa que ya ha comenzado a abandonar, quemándolos y desolando las más bellas plantaciones, sin reparar en los males que tan bárbara conducta ha de traer necesariamente a la Europa y a la humanidad. El General Bermúdez [7], nombrado Gobernador y Comandante General de esta Provincia en que ha nacido, en que es igualmente amado, la ocupa con una división de 2.000 hombres de todas armas, compuesta por la mayor parte de tropas aguerridas.

Lo que se ha dicho de la Provincia de Cumaná conviene igualmente a la de Barcelona que ocupa el General Monagas [8] con una división de 1.500 hombres de Caballería e Infantería.

Una División de 3.000 hombres al mando del General Zaraza [9] se halla en Belén [10] con varios campos volantes que están a la mira de las operaciones del enemigo, que sólo posee tranquilamente una parte de la Provincia de Caracas, la más falta de recursos para la guerra, por la escasez de ganados y caballos.

Yo marcharé dentro de tres días con el cuerpo principal del Ejército sin que nadie sepa a dónde me dirijo. Todas las Divisiones se hallan en actitud de obrar, tienen los medios de que necesitan, están impacientes por batirse, y sólo alguno de aquellos acontecimientos extraordinarios que suelen burlar todos los cálculos de la prudencia humana podrá hacer que mi gran golpe no termine de una vez la campaña y la guerra.

Hablo por lo respectivo a Venezuela, pues por lo que hace a la Nueva Granada, habrá que formar otros nuevos planes y nuevas combinaciones. No puede ser libre el un país sin que lo sea el otro, y el voto general de los pueblos es de reunirse para constituir un grande Estado, según estaba ya decretado. No pierda V.S. de vista tan grande y capital objeto para dar a sus operaciones toda la extensión posible, en el concepto seguro de que toda la Nueva Granada piensa como Venezuela y se halla animada de los mismos sentimientos.

No sólo tiene el enemigo contra sí todas estas fuerzas, que obran de concierto bajo mis órdenes, sino que por todas partes lo molestan partidas de guerrilla y últimamente, se ha sabido por diversos conductos que un cuerpo considerable de patriotas sitiaba a Maracaibo. Hay también en las montañas de Chuao [11] sobre la costa, una reunión bastante numerosa que extendiendo sus excursiones casi hasta la Victoria [12], debe causar en Caracas continuas inquietudes. Espero que bien pronto estaremos en comunicación con estos cuerpos aislados y que todas las fuerzas patrióticas recibirán el impulso y la dirección conveniente.

Tal ha de ser el efecto necesario de la regularidad y consistencia del Gobierno, y del carácter de unidad que lo distingue. Débese este beneficio a la experiencia de los funestos efectos que ha producido entre nosotros el sistema federativo, exaltando el espíritu de provincia que forzosamente debilita y entorpece el de Nación. Así se perdió la Nueva Granada por el espíritu provincial de Cartagena [13], y así íbamos nosotros a sepultarnos en un abismo de males por el de Cumaná. Siento recordar la pérdida de Barcelona, debida únicamente a cjue el General Mariño [14], animado de este fatal espíritu, en lugar de ejecutar mis órdenes de que no podía menos de resultar la completa destrucción de los Españoles, hizo lo contrario. No era lo más sensible la pérdida de nuestros almacenes de armas, y municiones, la desmembración de nuestro ejército de operaciones ni aun el sacrificio de tantos valientes soldados y de todo un pueblo; sino los males en que se vio abismada la República por esta disidencia. Apenas quedó cortada la comunicación con nuestro ejército, cuando comenzaron a propagarse rumores peligrosos esparcidos tal vez por los españoles. Ya se decía que el General Páez rehusaba reunirse conmigo, ya que el General Piar [15] me cerraba la entrada a la Guayana, ya que casi todas las tropas habían desertado, que los Jefes me abandonaban, que yo no aparecía en parte alguna, y que se me creía muerto. En estas circunstancias llega a Margarita el Canónigo de Chile [16], anunciando con énfasis un encargo del Gobierno Inglés para que tratase conmigo de organizar un gobierno en el concepto de que verificándolo, sería reconocida nuestra Independencia. Este aliciente en medio de tantos sobresaltos y de la incertidumbre de mi paradero, decidió a mis mejores amigos a unir sus votos a los del Canónigo, y dirigiéndose al General Mariño como segundo Jefe de la República, restablecieron bajo sus auspicios el antiguo Gobierno federal. No bien se había instalado éste, cuando el mismo Mariño instituyó el provincial en una junta que le confirió todos los poderes políticos, legislativo, ejecutivo y judicial. Esta era una violación manifiesta de la misma Constitución que había jurado, y una desobediencia solemne al poder ejecutivo que había reconocido, y cuyas órdenes sobre el particular eran las más terminantes y positivas. Cuando esto pasaba ya la expedición Española llegada a Cumaná había obligado a nuestra escuadrilla a salir de Margarita con el nuevo Gobierno, que teniendo noticias oficiales de mi situación por despachos que recibió el Señor Almirante [17], tomó la resolución de restablecer por un acta de renuncia la unidad del poder ejecutivo, para evitar la dilaceración de Estado que el ejemplo de la disidencia del General Mariño podía producir, y que en efecto iba ya produciendo. Al instante comenzó el General Piar a promover la guerra de colores, no faltó quien concibiese otros proyectos no menos funestos, y la República se vio amenazada de todos los horrores de la anarquía y de la guerra civil. El peligro común reunió entonces los ánimos, se conoció la necesidad y el precio de la unidad política, y ya no hubo en los pueblos y en los ejércitos más que una voz y un solo sentimiento. Llegó por este tiempo la escuadrilla, se libertó rápidamente la Guayana y Piar fue arrestado en Aragua de Cumaná [18] en medio de sus tropas, que a la menor intimación del General Sedeño se sometieron al orden. Condújosele a esta plaza en donde fue juzgado por el consejo de guerra permanente y sufrió la pena de muerte a que fue condenado. No quedaba ya otro disidente que el General Mariño que últimamente ha reconocido el Gobierno, viéndolo altamente proclamado por los mismos que en otras circunstancias habían reproducido el federal bajo sus propios auspicios. Restablecida así la calma y la tranquilidad, hemos podido aprovechar los instantes concedidos al descanso de nuestras tropas para mejorar y consolidar nuestras instituciones, fijar un centro de Gobierno, darle todo el vigor de que necesita, y ponerlo a cubierto de todas las vicisitudes de la revolución y de la guerra.

Era indispensable para esto, una institución absolutamente nueva y desconocida en política, un Consejo de Estado [19] compuesto de los principales Jefes del Ejército y de los funcionarios públicos. Las circunstancias exigen imperiosamente que este cuerpo no tenga más que voto consultivo, sin embargo de estar destinado a ejercer en parte las funciones del poder legislativo. A él toca la iniciativa de las Leyes, reglamentos y estatutos que juzgue convenientes en el estado actual de nuestra naciente República. Por el Decreto de su institución y por la Acta de su instalación, y el discurso que hice a este propósito, verá V.S. que reina en sus deliberaciones la más completa libertad, que será en todo consultado y que sus resoluciones serán siempre atendidas, y tendrán un peso inmenso en las del Gobierno. Aún el plan de campaña, la más privativa del poder Supremo, y la más reservada, se ha puesto en discusión en la última sesión y ha sido unánimemente aprobado. Se ha establecido también una Alta Corte de Justicia [20] con las atribuciones soberanas que en ningún otro gobierno se han concedido a este poder, sin más dependencia del ejecutivo que la rigorosamente administrativa, indispensable para comunicarle el movimiento general del Estado. Bajo de estos principios se han organizado los Tribunales y regládose la marcha de la administración judicial del mejor modo que permiten las circunstancias.

Se ha organizado también la Administración Civil y la de Hacienda, se ha establecido un Consulado [21], y se han tomado providencias para favorecer el comercio y promover la agricultura. En fin se ha hecho cuanto es posible hacer para que haya justicia y orden público, gobierno y rentas en una época en que el que no sigue el ejército, tiene que ser alternativamente soldado y labrador, magistrado y oficial.

La satisfacción que han causado estas instituciones, y el bien y la tranquilidad que han producido correrían la suerte de la guerra, si desde ahora no se les pusiese a cubierto contra cualquier acontecimiento. Con este objeto capital se ha establecido un Consejo de Gobierno [22], a quien dejo un pliego cerrado que sólo ha de abrirse en caso que yo muera o caiga prisionero [23]. Prevengo en este pliego cuanto me ha parecido necesario para asegurar la tranquilidad públíca y hacer que no se interrumpa un instante el curso de los negocios políticos ni militares, que la guerra continúe con nuevo ardor, y se hagan mayores esfuerzos por la Independencia de nuestro País. El Consejo mismo que queda revestido del poder supremo por el término de sesenta días, pondrá en ejecución estas disposiciones. Queda además encargado durante mi ausencia de proveer a todas nuestras Divisiones de armas, municiones, vestuario y cuanto necesiten; celebrar contratas, pagar las deudas del Estado, admitir Cónsules, y Enviados Extranjeros, y en suma de cuanto concierne a las relaciones exteriores. Téngalo V.S. entendido para la correspondencia de oficio. Se habla mucho de la debilidad y consternación del enemigo, de la agitación de los pueblos que oprime y del sacrificio de más de seiscientas personas en Caracas. Aunque la circunstancia de venir las mismas noticias por diversos conductos, y la extraordinaria humanidad que Morillo comienza a afectar, parece darles probabilidad, yo tomo mis disposiciones como si él estuviera muy fuerte y tuviera un gran partido. Es de notar que no sólo haya mandado indulto al General Zaraza, remitiéndole su hijo que aunque niño retenía prisionero, así como a los Generales Páez, Monagas, etc.; sino que también lo haya ofrecido a los comandantes más acreditados de sus campos volantes que se pasaron con su tropa a militar bajo nuestras banderas. Ha hecho publicar un indulto del Rey de España en que a nadie se exceptúa y en que se extraña tanta libertad de ideas y tanta humanidad.

Puede V.S. hacer de cuanto le comunico en esta carta el uso que juzgue conveniente.

Revalido las instrucciones que di a V.S. con las anteriores credenciales [24].

Por lo que hace a los puntos particulares del oficio de V.S. acerca de sus urgencias y de la gratificación a que ciertamente es acreedor el Señor Walton [25], sólo puedo decir que todo me parece muy justo; pero tengo el sentimiento de no poder en el momento satisfacer a V.S. por haber recibido sus despachos cuando los preparativos de la Campaña habían agotado absolutamente todos nuestros recursos. El Consejo de Gobierno queda encargado muy particularmente de hacer a V.S. esta remesa, luego que lo permitan nuestros más urgentes apuros y yo cuidaré de que se verifique cuanto antes.

Dios guarde a V.S. muchos años.

BOLÍVAR

* Reproducción en xerox del original conservado en el "Archivo Diplomático y Consular del Ministerio de Relaciones Exteriores de Colombia. Legaciones en Europa". Tomo N° 471, folios 180-186. Bogotá. La copia en xerox fue facilitada a la Comisión Editora por el Dr. José M. de Mier. La firma y rúbrica del Libertador son autógrafas. El texto del documento está escrito de letra de Jacinto Martel. De este documento existe un extracto en el mismo Archivo, Tomo 471, folios 113-115 que están encabezados con el siguiente epígrafe: "Extractos de varios despachos de S.E. el General Bolívar. Presidente de la República, al Representante de ella en Londres, ciudadano Luis López Méndez; también de despachos de SE. el Vicepresidente Francisco Antonio Zea, y del Almirante Luis Brión. Del Presidente Bolívar". En dichos extractos sólo se transcriben al pie de la letra unos pocos párrafos. Debemos también su conocimiento al Dr. José M. de Mier. La comunicación del Libertador a López Méndez se había publicado en el Papel Periódico Ilustrado, de Bogotá, Nos. 46-48. Vol. II, pp. 387-390, por los señores Saturnino Vergara y Pedro M. Ibáñez, en la oportunidad del centenario del Libertador. Suscriben una carta dirigida al Sr. Don Alberto Urdaneta a la que acompaña este documento en ese momento inédito. Esta impresión ha sido la fuente de publicaciones ulteriores que se han hecho con la fecha errada de 20 de noviembre de 1817. Lo publicó correctamente el Dr. José M. de Mier en su monografía Misión de López Méndez en Londres y Expedición de George Elsom 1817-1818, Bogotá, 1971.

Notas

[1] La Corbeta Dos Amigos (Two Friends) llegó a la Isla de Margarita con armas, pertrechos y algunos oficiales. Véase la nota 9 del Doc. N° 2335.

[2] Véase Doc. 2427, respecto a las credenciales. El Agente al que alude era uno de los hermanos Hyslop, enviado por el Congreso de Cariaco, de muy breve actuación.

[3] San Fernando de Apure. Capital del Edo. Apure, situada sobre la margen derecha del río Apure.

[4] El General Manuel Sedeño.

[5] José Tomás Boves. Véase la nota 4 del Doc. N° 382.

[6] Coronel Ramón Nonato Pérez. Véase sobre su persona la nota 12 del Doc. N° 1867.

[7] El General José Francisco Bermúdez.

[8] El General José Tadeo Monagas.

[9] El General Pedro Zaraza.

[10] Hato de Belén, situado al suroeste de Valle de La Pascua en las cercanías del río Manapire.

[11] Serranía de Chuao. Sector de la Cordillera de la Costa, al Sur de Chuao en el Edo. Aragua.

[12] La Victoria. Población del Estado Aragua a unos 35 Kms. al este de Maracay.

[13] Cartagena de Indias, al norte de la actual Colombia. Se refiere Bolívar a los sucesos de 1815.

[14] El General Santiago Mariño.

[15] El General Manuel Piar.

[16] Se refiere al Canónigo José Cortés Madariaga y luego al Congreso de Cariaco. Véase la nota 4 del Doc. N° 1936.

[17] El Almirante Luis Brión.

[18] Aragua de Cumaná, hoy Aragua de Maturín, capital del Distrito Piar en el Edo. Monagas.

[19] Véase el Decreto de Creación del Consejo de Estado, Doc. N° 2264.

[20] Véase el Decreto de Creación de los Tribunales de Primera y última instancia, Doc. N° 2143.

[21] Véase el Decreto de Creación del Consulado, Doc. N° 2318.

[22] Véase el Decreto de Creación del Consejo de Gobierno en el Doc. N° 2303.

[23] Alude al reglamento que deberá observarse para la elevación de Jefe Supremo de la República en caso de muerte o de ser tomado prisionero. Doc. N° 2429.

[24] Se refiere Bolívar a las credenciales libradas con fecha 5 de enerode 1817. Véase Doc. N° 1749.

[25] William Walton, escritor inglés, entusiasta partidario de la independencia de Hispanoamérica, colaboró con varias publicaciones a la divulgación en la Gran Bretaña de la causa patriota. Fue amigo íntimo de López Méndez en Londres. La recomendación de López Méndez está fundada en la colaboración continua en la prensa inglesa por parte de Walton y en los libros que publicó en defensa de la emancipación de los países hispanohablantes del continente americano, principalmente a las obras: An Exposéon the Dissentions of Spanish America... Londres, 1814; y Present State of the Hispanic Colonies. . . Londres, 1810, 2 vols.

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