Angostura, 30 de diciembre de 1817.
Al señor General de Brigada Lino Clemente. En este momento que emprendo mi marcha con el ejército de operaciones, que pasa de seis mil hombres perfectamente equipados sobre el Bajo Apure para incorporar allí la Brigada del General Páez [1] que consta de cuatro mil hombres de caballería excelentemente montados, y que nuestras fuerzas sutiles [2] suben por el Orinoco para rendir a San Fernando [3], recibo las comunicaciones de V.S. de 12 de julio, 4 y 8 de setiembre de éste, datadas en Filadelfia [4].
Después que las armas de la República ocuparon en julio y agosto las plazas de la Nueva y Vieja Guayana [5], comuniqué a V.S. oficialmente estas plausibles noticias y le incluí los boletines y papeles públicos más interesantes, que comprendían cuantos detalles podían desearse. Los creo en manos de V.S. y que V.S. los habrá hecho circular e insertar en las gacetas de esos Estados [6].
La ocupación de esta rica Provincia [7] nos ha dado mil elementos para libertar las demás de Venezuela: su ventajosa posición y la posición [sic] [8] del Orinoco nos ha hecho dueños de todas las comunicaciones. Las de Caracas, Barcelona y Cumaná [9] están también ocupadas por nuestras armas, no conservando los españoles en las dos últimas más que las capitales, y en la primera, de Orituco [10] hacia la costa. De resto, caballos, mulas, ganados, todo, todo está en nuestro poder. Y la toma de San Fernando, de que no puede dudarse, nos deja en perfecta posesión de la de Barinas [11], donde existen nuestras numerosas caballadas y los soldados más aguerridos de caballería. Además, Barinas nos da recursos inmensos en sus ricas producciones, que bajarán por el Apure hasta el Orinoco por donde podrán exportarlas los negociantes.
Los españoles han reunido, desguarneciendo todas las plazas de la Provincia de Caracas, una División de cerca de tres mil hombres que han movido sobre los Llanos. Un cuerpo de 1.700 hombres al mando del Brigadier La Torre [12], obtuvo algunas ventajas sobre la División del General Zaraza. [13] en el sitio de la Hogaza [14], pero lejos de perseguirla ni adelantar sus marchas, retrogradó el mismo día a Calabozo [15], temeroso de encontrarse conmigo que estaba en San Diego de Cabrutica [16]. Yo habría seguido rápidamente sobre La Torre si no hubiera tenido que mantenerme en la costa de Orinoco, esperando las municiones para la campaña que iba a abrir; felizmente, el buque destinado a comprarlas en las colonias llegó ya y nada nos falta para la presente operación.
Venezuela sería ya libre si la falta de elementos de guerra no hubiera retardado mil veces nuestros movimientos y frustrado nuestras combinaciones; los enemigos, infinitamente inferiores en número, sólo existen porque tenemos que marchar lentamente, y porque nuestras comunicaciones [sic] [17] y armas no han sido correspondientes a la naturaleza de nuestras empresas.
Nada es más interesante que la remisión de pólvora, plomo y fusiles. Estos artículos preciosos, que son los que dan la libertad a nuestro país, deben ser el objeto único de la atención de V.S. Los negociantes de esos Estados [18] encontrarán en nuestros puertos de Orinoco frutos preciosos que les daremos en cambio de los elementos de guerra que nos conduzcan y además gozarán de las franquezas [19] y ventajas concedidas a los introductores de ellos en Venezuela.
Dios guarde, etc.
[BOLÍVAR]
*Del copiador. Archivo del Libertador, vol. 24, fol. 217. Escrito de letra de Jacinto Martel. Para las características del cuaderno copiador, véase la nota principal del Doc. N° 2559. A continuación consta en el libro copiador, fol. 217v° el siguiente asiento: "Angostura, diciembre 30 de 1817. Igual al anterior se le puso al señor don Luis López Méndez". Véase Doc. número 2581. Sobre el destinatario, General Lino de Clemente, véase la nota principal del Doc. N° 2579.