REPÚBLICA DE COLOMBIA
Gobierno e Intendencia y Comandancia General de la Provincia de Maracaibo, 6 de mayo de 1821.
Excmo. Señor:
La espantosa aflicción en que el Gobierno español dejó esta ciudad y su provincia en el tiempo que la subyugó y sostuvo con sus recursos la injusta guerra contra la República, no puede describirse en toda su extensión sin hacer un discurso reflexivo y dilatado, y creo que habiendo corrido a la publicidad sus acontecimientos, será bastante asegurar a V.E. que las providencias de amonedación de papel, cobre y plata en los años anteriores arruinaron las propiedad hasta un extremo en manera sensible y deplorable, y que al paso que se iban reformando los gremios del comercio y hacendados, se les extraían consecutivamente gruesas sumas por medio de donativos, empréstitos o contribuciones forzosas, que gravaron la Hacienda Pública en cuantiosos empeños, de que jamás pudo exonerarse ni aun en poco; y ya últimamente aquel Gobierno, viendo lo infructuoso de sus providencias por la ruina en que se hallaban las clases, promovió varios recursos a Caracas, Coro, Cuba [1], Veracruz [2] y Méjico sin haber podido obtener auxilios de ninguna especie.
Así es que Maracaibo, en la presente dulce época de la libertad, aun superando todo embarazo para hacer los más dignos sacrificios, no ha podido hoy satisfacer de un modo hermanable a sus deseos las urgencias de la primera gravedad que le han patentizado la Hacienda Pública y la Comisaría del Ejército; un donativo de trece mil pesos y un empréstito de treinta mil se decretaron con aquel objeto, y hasta ahora, a pesar de las providencias coactivas que se han tomado aun por el mismo General Jefe de la Guardia,no han podido hacerse efectivos en su total: se ha conocido que no es efecto de involuntariedad, sino una falta de facultades en un tiempo en que el abatimiento absoluto del comercio en este puerto y el ruinoso atraso de la agricultura, no les ha dejado progresar ni reponer sus anteriores padecimientos.
La situación actual del país compadece; la escasez de víveres y carestía de los que pueden encontrarse afligen al pueblo; la estación de un fuerte verano va asolando los campos, en términos que como consta al mismo Jefe de la Guardia, no ha podido recibir sino muy pocos auxilios de ganado y caballerías, escudriñando hasta lo último, sin embargo de la conocida pobreza del lugar en estos ramos; al paso que me he complacido de ver aprontar con eficacia otros auxilios de importancia para el Ejército.
En el día, Excmo. Señor, las maestranzas de vestuarios, artillería y fornitura se hallan paralizadas por la falta de numerario, después de agotados todos los recursos; mucha parte del uniforme que se ha construido se debe a los operarios; el Batallón de esta plaza marchó sin él a la campaña, y falto de correaje; el parque de artillería ha quedado con sólo la dotación de municiones por las que ha franqueado para la nueva campaña, al paso que en este punto se necesita mantener un repuesto considerable, y que la Hacienda Pública cuente con fondos, no sólo para atender a las tropas de la guarnición sino aun con más urgencia para auxiliar las de tránsito, a fin de que por esta falta no padezcan detenciones perjudiciales al servicio para construcción de buques y para todas las demás atenciones importantes que pueden ocurrir en un punto, que como éste, ofrece mil ventajas al Estado. Sobre todo, Excmo. Señor, mi honor está comprometido con las contratas que he formado con sujetos acreditados de este comercio, para que me proorcionen todos los auxilios que puedan extraer de colonias, bajo la garantía de un religioso pago por la Hacienda Pública.
Creo deberme manifestar a V.E. en este lenguaje por el interés que tengo en la conservación de un territorio que ha tenido la gloria de libertarse, en llenar oportunamente el servicio, y en cumplir con exactitud mis deberes; y en ocasión que me veo rodeado de las mayores angustias por la falta de numerario y escasez de recursos, teniendo que auxiliar en otras atenciones a la División de la Guardia, ocurro a V.E. lleno de la mayor confianza suplicándole se digne librar sus órdenes al señor Vicepresidente de Cundinamarca, para que me auxilie oportunamente con caudales, y que por lo pronto me remita cuarenta o cincuenta mil pesos, o aquella suma que V.E. estime más propia, para que ocurriendo a tiempo a la inmensidad de gastos que se presentan, se logren los buenos efectos del servicio, y contribuir activamente en obsequio de la libertad e independencia en el corto territorio que nos resta.
Dios guarde a V.E. muchos años.
Excmo. Señor,
FRANCISCO DELGADO
Cuartel General en San Carlos, 12 de junio de 1821.
A S.E. el Vicepresidente de Colombia que está encargado del Gobierno, aunque de paso advierto que Cundinamarca provee de dinero a todos los Ejércitos, y si hubiera de dar también a las ciudades sería preciso trasladar a Bogotá las minas del Potosí [3].
BOLÍVAR
Acotaciones Bolivarianas. Decretos Marginales del Libertador, pp. 183-185. Fundación John Boulton. Edición conmemorativa del Sesquicentenario de la Independencia. Caracas, 1960.
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