Quito, 5 de julio de 1823.
Al General Castillo.
El Mayor Alvarez [1] comunicará a V.S. a la voz las diferentes medidas que pueda adoptar para levantar los 2.500 hombres que pido. Estas tropas deberá V.S. mismo conducir a Guaranda junto con el Coronel Morales [2], en el caso que haya una desgracia por acá y se piden a V.S.
V.S. en este caso no dejará por su espalda ningún género de armas, ni municiones, sino que se las traerá hasta el Garzal, si es posible, a fin de que estén más cerca del ejército para todo evento. Anticipadamente formará V.S. compañías de cívicos activos, de marineros, de infantería, a las órdenes del Comandante Luzarraga. Lo mismo se hará con la artillería de milicia y veterana.
Convidará V.S. a todos los Jefes extranjeros que quieran seguir el ejército, y a los oficiales retirados los obligará por fuerza.
El Comandante Elizalde [3] podrá traer 5 00 o 600 hombres de Puerto Viejo, volando. Toda nuestra caballería debe venir, dejando solamente un piquete de ella con los mejores oficiales para que conserven el orden desde a bordo de las lanchas cañoneras, las que reunidas al Cbimborazo, si está en el puerto, o a la Guayaquileña, pueden hacer la defensa del puerto.
Desde aquel momento la ley marcial se publicará y se cerrarán todos los negocios civiles. V.S. nombrará para Intendente interino la persona que crea más idónea.
El Coronel Villasmil puede quedar con parte de sus cívicos de guarnición en la ciudad, pero estos cívicos deben ser eminentemente patriotas. V.S. está autorizado por mí para tomar todas las medidas necesarias a fin de llenar todo lo que así se previene. No dejando en Guayaquil un solo godo que pueda perjudicar a la causa de Colombia.
Dios etc.
BOLÍVAR
* De un copiador del Archivo del Libertador. Sección O’Leary. Tº XX, Fº 116 vto. al 117 y vto.
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