Guayaquil, 14 de junio de 1823.
Al señor Fernando Peñalver.
Mi querido Peñalver:
Remito a Vd. esas cartas que son del señor De Pradt, y mi respuesta. Van mal copiadas y con detestable ortografía, tenga Vd. la bondad de hacerlas copiar bien y mandarlas al Marqués del Toro a Caracas. Como sé que Vd. y el Marqués me quieren, deseo que participen del placer que les causará una alabanza tan inmensa como la que he merecido a ese gran escritor. No permita Vd. que se imprima, y en caso que suceda por algún accidente que yo no puedo prever, haga Vd. que se publique que ha sido un abuso de confianza, pues yo no quiero comprometer al señor De Pradt. [1]
Ahora mismo he recibido noticias del Perú. Una grande expedición de 6.000 hombres ha ido al Alto Perú, a tiempo que la mayor parte de sus fuerzas están cerca de Lima en una situación muy desagradable y crítica. Todavía no he recibido el permiso del congreso y por eso no me he ido al Perú donde todos me llaman con clamor. Es infinita la opinión que tengo en todo el Sur de la América. No hay alabanza que no me hagan, mas no tanto como el Arzobispo de Malinas que realmente ha puesto el colmo a las esperanzas más locas de la vanidad más exaltada. Adiós, mi querido Peñalver, recomiendo a Vd. mis anteriores encargos sobre el estado de Chirgua [2] y de Aroa, [3]que deseo saber por el conducto de Vd.
Adiós mi amigo.
[BOLÍVAR]
* De un impreso moderno. "Cartas del Libertador" (Fundación Lecuna), Tº III, págs. 422-423.
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