REPÚBLICA DE COLOMBIA
Secretaría General
Cuartel General en Babahoyo a 13 de junio de 1823, 13º
Es copia de la carta escrita al presidente Riva Agüero con esta fecha.
Excmo. señor don José de la Riva Agüero.
Mi querido presidente y amigo:
Lleno de satisfacción contesto a Vd. su apreciable carta por las buenas noticias que me da sobre el estado militar de su país y sobre la cordialidad con que ese gobierno trata a Colombia. Lo primero me inspira la mayor confianza por la vida del Perú; lo segundo arrebata mi corazón de placer, porque sin amistad entre vecinos y compañeros no hay bien ni paz durable. Nosotros no exigimos más que la buena voluntad, porque ésta es la única cosa que nosotros tributamos al Perú. No crea Vd. que nuestra intención es otra que la de ser tratados como nosotros tratamos; es decir justicia, y reciprocidad de auxilios y respeto: esto nos basta para quedar contentos y agradecidos.
Cuente Vd. siempre con el ejército de Colombia para defender el gobierno y pueblo del Perú y esta carta preséntela Vd. en todo caso como credencial que yo nunca revocaré, y que ningún colombiano tampoco desmentirá.
La reunión de las fuerzas españolas en Jauja es la cosa más feliz para el Perú. Si Canterac viene a Lima es destruido porque entonces Vds. deben reforzar con cuatro mil hombres más el ejército que ha ido a Intermedios con el general Sucre mandando en jefe. El resto de las tropas pueden quedar en el Callao, y en los otros puntos convenientes para su manutención, pero sin exponerlas a sucesos infaustos. Si Canterac marcha en persona o manda a Valdés [1] al Alto Perú como debe ser llevando algunas tropas contra el general Santa Cruz, entonces insisto en mi primera idea de no aventurar nada hasta que no sepamos noticias definitivas de Europa.
Hay otro caso en que pueden ir cuatro mil hombres más al Alto Perú, siempre con el general Sucre, y es en el que vengan a Intermedios los 2.500 hombres que ofrece Chile, los que reunidos a las tropas del Perú, y 4.000 más ya forman 10 u 11 mil, capaces de llevar la guerra al Desaguadero y La Paz para llamar al enemigo por aquella parte y convertir el teatro militar hacia la mayor extremidad de Perú, para dejar el Bajo Perú debilitado, y en estado de ser invadido por nosotros. En este caso, repito, nada será mas acertado que mandar al general Sucre con 4.000 hombres más a tomar el mando de todo el ejército unido, y me atreveré a aconsejar a Vd. que lo fuerce aun cuando él no quiera ir, porque en mi concepto ninguno es tan capaz como él de hacer la guerra de posiciones y de recursos. 3.000 colombianos podrían ir con el general Sucre con cuatro de los mejores batallones, y los otros mil hombres podrían ser chilenos, argentinos, y peruanos para que no causasen celos siendo en pequeño número. En último caso se podría tomar el partido, de tomar soldados peruanos y llenar un cuadro de un buen batallón de cualquiera nación, cuyos jefes y oficiales fuesen voluntarios, dóciles y valientes.
En fin mi querido presidente, no puede Vil. imaginar cuánto me parece importante el obrar por el Desaguadero y La Paz con un cuerpo de tropas de 11 ó 12.000 hombres, entonces el Perú es libre. Por el contrario todo se pierde si obramos por esta parte sin bagajes, sin caballos para la caballería. Sorprendiendo por el Alto Perú una provincia que tenga recursos de movilidad, todo se logrará, mas de otro modo es imposible, si los datos que tengo no son erróneos. Por otra parte si nosotros damos una batalla y la perdemos en Huamanga2 para acá, entonces es muy difícil que haya tiempo para rehacernos, recibir nuevos auxilios, salvar a Lima, y defender al Callao. Estos puntos constituyen el Perú independiente.*
* * *
Hasta aquí llega la carta del señor Riva Agüero que he copiado para que Vd. sepa su contenido, y procure hacerlo poner en planta lo mejor que sea posible. Porque no hay la menor duda que con 10 ó 12.000 hombres en el Alto Perú, se puede hacer mucho, y que en el Bajo Perú no se puede hacer nada por falta de caballos y de bagajes; habiendo además a nuestro frente un ejército tan fuerte como el de Canterac que tiene barrido el país por donde hemos de pasar.
Aunque en mi carta de oficio digo que no altero las instrucciones que he dado, ahora añado que Vd. está autorizado para combinar con el gobierno del Perú, y con el agente de Chile o sus ministros a fin de efectuar una expedición sobre los puertos de Intermedios de 10 a 12.000 hombres para internarse en el Desaguadero y La Paz, y convertir aquel país en el teatro de la guerra. Para esto se deberán llevar caballos de Chile, esto es fácil, y muchas municiones de infantería de cualquier modo que sea, aunque para ello sea preciso emplear hombres de carga. Además Vd. está autorizado para combinar y arreglar esta expedición de la manera que parezca a Vd. más conveniente.
Puesto que el gobierno del Perú ofrece a Vd. el mando en jefe del ejército unido, deberá Vd. tomarlo para dirigir dicha expedición. Este punto es capital e indispensable. Mando al secretario que escriba a Vd. esto de oficio.
Esta carta sirve de respuesta a la que he recibido hoy de Vd. que queda contestada con mi anterior y hoy con esta copia, y postdata.
Soy de Vd. de todo corazón.
BOLÍVAR
Final de la carta al Presidente Riva Agüero.
Las noticias de Europa son muy favorables. El gobierno británico está de acuerdo con el parlamento y el pueblo en favor de la libertad. Este gobierno ha exigido de España el reconocimiento de la independencia de América para entrar en liga contra los aliados que han invadido ya la España con las tropas francesas, y están en marcha por el Rhin nuevos ejércitos con el mismo objeto. De suerte que a estas horas habrá sido la España ocupada por los aliados; los ingleses por consiguiente, no tendrán consideración alguna por la España, y sí por nosotros que estamos en estado de producir mucho, y fuera de la influencia de los aliados, los que unánimemente ha reconocido el parlamento por ser sus mayores enemigos y determinados a combatirlos por todos los medios posibles.
Moreno Guerra, entre otras medidas, ha propuesto la paz con América; se dice que todo el pueblo la desea. El Vicepresidente me dice, y a mi también me lo dicen de Inglaterra y de Francia, que todos están trabajando por la Independencia de América.
El Congreso no me ha contestado aún sobre mi marcha ha al Perú, aunque ha tenido tiempo para ello, pero el Vicepresidente me dice que no hay inconveniente alguno y que, por extraordinario, me mandará la licencia del congreso: en el momento que la reciba volaré al Perú a emplear mis servicios en obsequio de ese gobierno no y pueblo.
Me hallo en este pueblo, que está a poca distancia de Guayaquil, sólo por descansar algunos días a la vista del campo y preparando mi ánimo para los desagrados que me esperan en la nueva campaña del Perú.
Soy de Vd. con la mayor consideración, su atento obediente servidor.
BOLÍVAR
* De un impreso moderno. "Correspondencia del Libertador" (1819-1829) - Fundación Vicente Lecuna - Banco de Venezuela (Caracas-1974), págs. 36-40.
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