Babahoyo, 12 de junio de 1823.
Al General Sucre.
El Libertador de Colombia me manda participar a V.S. el desagradable acontecimiento del bergantín inglés Romeo. Este buque, uno de los transportes enviados del Perú, dio la vela en Guayaquil el 14 de mayo, conduciendo doscientos reclutas para nuestro ejército de Lima. El 17 se sublevaron los reclutas, hirieron a tres oficiales y al capitán del buque, hicieron prisioneros a los demás oficiales y obligaron al capitán a dirigirse a Atacames, en la costa de Esmeraldas, amenazándolo con quitarle la vida si no lo hacía así. Llegaron a Atacames y allí se encontraba una fragata inglesa ballenera. Esta auxilió a nuestros oficiales prisioneros y al capitán, que con este socorro se apoderaron nuevamente del bergantín, haciendo prisioneros a 106 de los reclutas amotinados. En el combate hubo 17 entre muertos y heridos y 70 saltaron en Atacames llevándose un fusil cada uno, treinta y cinco paquetes de cartuchos entre todos, y tres oficiales nuestros prisioneros.
Represado el buque volvió a Guayaquil, donde han sido severamente castigados conforme a la ley, los principales revoltosos.
El Libertador ha prevenido al Intendente de Guayaquil que el bergantín Romeo vuelva al Callao, conduciendo los víveres y objetos que estén preparados para nuestro ejército. Ya no irán más reclutas porque no hay veteranos con qué custodiarlos ni pueden hacerse más.
En Pasto hubo una nueva conmoción que felizmente ha ahogado el Coronel Flores; pero sin embargo, ésta no será la última y aquel cantón necesita una guarnición veterana y de confianza. También la necesita la costa, que siempre está conmoviéndose y mucho más se conmoverá ahora que tiene setenta revoltosos con armas y algunas municiones.
Aunque el bergantín Romeo no conduce tropas al Perú ese Estado es el que debe satisfacerle sus fletes y sus daños, pues estaba a su servicio y no al nuestro y la insurrección de la recluta que conducía es una de aquellas contingencias extraordinarias.
Nada tengo que añadir a V.S. del Norte de la República, a lo que tuve la honra de comunicarle por el Edecán O’Leary y por el correo ordinario de 30 de mayo, pues de entonces acá no se ha recibido ninguna comunicación de Bogotá.
Dios etc.
[JOSÉ GABRIEL PÉREZ]
* De un copiador del Archivo del Libertador. Sección O’Leary. XX, Fº 71 al 72.
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