Bocona, 10 de marzo de 1821.
Al Señor General Páez.
Al llegar hoy aquí de marcha para Barinas ha sabido con desesperación S.E. el Libertador que a pesar de las repetidas y encarecidas órdenes para que se provea abundantemente de ganado a las tropas acantonadas en el distrito de Barinas, no se les envía ninguno y se les deja perecer de hambre.
No ha habido una sola comunicación de este Ministerio a V.S. desde que se celebró el armisticio, en que no se haya hablado, repetido e instado la remisión de ganado para el señor Coronel Plaza y su acopio para la marcha del ejército cuando se abra la campaña; y aunque es verdad que V.S. ha contestado que no tiene ya caballos para cogerlo, también lo es que tanto el ejército como el territorio enemigo están provistos abundante y sobradamente de carnes sacadas del Apure.
No es posible conciliar cómo el [o Estado] [1] Gobierno no puede hacer más que los particulares, teniendo más hatos que ellos, más caballos, tropa que emplear en el trabajo y sobre todo, el derecho para disponer del servicio de los mismos particulares que hacen por su cuenta las extracciones en perjuicio del ejército. V.S. sabrá por mis últimas comunicaciones que, agotados enteramente los recursos de esta Provincia, los de Mérida y Cúcuta, hasta el extremo de estar expuestos los habitantes de ellas a emigrar buscando alimentos, se ha visto S.E. forzado a enviar para Barinas todas las tropas que estaban acuarteladas en esta parte, cuya fuerza asciende a más de 3.000 hombres. Si hubiera sido posible procurarles aquí las subsistencias no habría S.E. aventurado la suerte de aquellas tropas, haciéndolas situar en un clima tan mortífero como Barinas; pero S.E. anteponía este riesgo incierto a la muerte segura de hambre, contando con que sus multiplicadas órdenes y encarecimientos habrían sido cumplidas al cabo de tres meses que hace se libraron, y [creía] [2] creyendo confiadamente que habría [ganado sobrante] [3] en Barinas no sólo el ganado pedido sino sobrante, puesto que cuantos vienen del país enemigo le aseguran que el ganado de Apure se vende allí con pérdida hasta el precio de 20 reales, por la abundancia que hay de él.
Después de tantas y tan fundadas esperanzas, figúrese V.S. cuál habrá sido su justa sorpresa y asombro al oír que la primera Brigada de La Guardia va a perecer o disolverse por falta de ganado y que junto con ella perecerán también la segunda y los demás cuerpos en marcha. Ha sido necesario ver los partes y oír los informes unánimes que acaban de llegar, para persuadirse de la verdad de este hecho. Pero bien seguro de que es indudable [ya me manda S.E. diga a V.S.] [4] y no pudiendo S.E.
[1º Que los señores General Guerrero y Coronel Gómez] [5] resolverse a ver sacrificar tan indignamente el primer ejército de la República, habiendo, como hay, sobrados medios de sostenerlo, si se quieren emplear, puesto que hasta el enemigo los consigue de nuestro territorio, me manda diga a V.S.
1º Que para evitar la ruina del ejército ha comisionado S.E. con esta fecha a los señores General Guerrero y Coronel Gómez para que pasen al distrito del ejército que V.S. manda, a embargar y hacer conducir para Barinas cuantos ganados encuentren recogidos o puedan recogerse, sin atender a que sea o no manso, a quien pertenezca, ni a nada más que a la subsistencia del ejército, objeto infinitamente más sagrado e interesante que la conservación de la propiedad particular.
2º Que hasta que el ejército no tenga en Barinas todo el ganado que necesita y hasta que entonces se ordene a V.S. otra cosa, impida y prohiba severamente toda extracción de ganado para el territorio enemigo, aunque sea una res. Esta misma orden llevan los dos señores Comisionados que he nombrado para que la cumplan por su parte.
3° Que siendo tantas las tropas que deben acuartelarse en Barinas, y siendo tan difícil sostenerlas por la dificultad de adquirir el ganado y por haberse acabado ya el pan, S.E. está bien resuelto a no esperar el término del armisticio para abrir las hostilidades, porque S.E. prefiere cargar con la responsabilidad de esta infracción escandalosa del derecho de gentes antes que permitir tranquilamente la pérdida del ejército, y verla como otros con impasibilidad.
4º Que en consecuencia del artículo anterior, debe V.S. estar pronto para moverse con el ejército de su mando para fines del mes de abril próximo, tiempo en que deben estar plenamente cumplidas las órdenes que he comunicado a V.S. desde [Chía] [6] el [15 de febrero últ] [7] mes de diciembre último hasta ahora, sin que falte nada para llenar las que se le comuniquen relativamente a operaciones.
5° Que la comisión de los señores Guerrero y Gómez no exime a V.S. de la obligación de reunir también el ganado en cumplimiento de las órdenes anteriores; y que además preste V.S. a los dichos Comisionados los auxilios que necesiten para ejercer las que se les cometen, etc.
Lo comunico para su inteligencia y gobierno. Dios guarde a V.S. muchos años.
PEDRO BRICEÑO MÉNDEZ
* Archivo del Libertador. O’Leary, Vol. XVIII, primera parte, fº 128-129-130.
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