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DOCUMENTO 5419 OFICIO DE PEDRO BRICEÑO MÉNDEZ PARA LOS EN­VIADOS DE LA REPÚBLICA CERCA DE S.M.B., SEÑOR FRANCISCO ZEA Y CERCA DEL GOBIERNO DE LOS ESTADOS UNIDOS DEL NORTE, SEÑOR MANUEL TORRES, FECHADO EN TRUJILLO EL 9 DE MARZO DE 1821, POR EL CUAL LES COMUNICA, DE ORDEN DEL LIBERTADOR, LOS ÚLTIMOS SUCESOS POLÍTICOS Y LA SUS­PENSIÓN DE HOSTILIDADES, LA ENTREVISTA DE BOLÍVAR Y MORILLO, LA OCUPACIÓN DE LAS PROVINCIAS DE MERIDA, TRUJILLO Y SANTA MARTA. EN LAS CONFERENCIAS CON MO­RILLO NO SE HABLO DE DEPENDENCIA. SE ACEPTO LA TRE­GUA QUE PROPUSIERON. VENTAJAS DEL TRATADO DE ARMIS­TICIO. INSURRECCIÓN DE GUAYAQUIL, CUENCA Y OTRAS PRO­VINCIAS DE QUITO. PROTECCIÓN DE COLOMBIA A ESOS PUE­BLOS, SUBLEVACIÓN DE MARACAIBO Y SU INCORPORACIÓN A LA REPÚBLICA DE COLOMBIA. DESIGNACIÓN DE REVENGA Y ECHEVERRÍA, COMISIONADOS CERCA DEL GOBIERNO DE S.M.C., PARA UN TRATADO DE PAZ Y AMISTAD. LAS NEGOCIACIONES CONTINUARAN AUN CUANDO ABRAN LAS HOSTILIDADES.*

Trujillo, 9 de marzo de 1821.

A los enviados de la República cerca de S.M.B., Señor Francisco Antonio Zea y cerca del Gobierno de los Estados Unidos del Norte, Señor Manuel Torres [1]. En la duda si habrá V.E. sabido oficialmente las importantes novedades ocurridas en la República en los dos últimos meses del año próximo anterior y en los primeros del presente, me manda S.E. el Libertador que haga a V.E. esta comunicación. La duda de S.E. se funda en que habiendo transferido la capital de la República al lugar designado por la Ley fundamental, no habrá tenido tiempo el Señor Ministro de Relaciones Exteriores para dirigir a V.E. en la marcha los informes y noticias que voy a dar.

V.E. sabrá que desde el mes de junio último propuso el enemigo una suspensión de hostilidades para que depuestas recíprocamente las armas nos [entienda] [2] explicásemos y entendiésemos. Pero acompañada siempre esta proposición con la de que prestásemos juramento de reconocimiento a la Constitución española; recibió por contestación una negativa absoluta a tratar, mientras no se diese como base del tratado, el reconocimiento de la independencia de Colombia.

Las conferencias que los Comisionados españoles Linares y Herrera tuvieron en San Cristóbal con los de Colombia, no produje­ron el resultado directo de sus comisiones, mas dieron lugar a que S.E., informado de las disposiciones favorables de la España para transigir las discordias que nos dividen, invitase al General Mo­rillo a una conferencia y aprovechase, entretanto recibía respuesta, la oportunidad de adelantar [nuestras] [3] las posiciones del ejército, situándolo ventajosamente para tratar y para obrar. S.E. tuvo la satisfacción de ver cumplidos sus objetos. El ejército se adelantó hasta Trujillo, libertando la Provincia del mismo nombre y la de Mérida, mientras que otra división ocupaba también a Santa Marta. El general Morillo se apresuró a contestar, aceptando las conferen­cias y nombrando comisionados de su parte, y marchó con su ejér­cito a oponerse al curso de nuestras operaciones que ya se habían suspendido porque habíamos llegado a la posición que se deseaba para hacer continua nuestra línea desde la costa del Lago de Ma-racaibo hasta las [línea] [4] de Barcelona y Cumaná.

Desde el 21 de setiembre en que dirigió S.E. la invitación, hasta el 21 de noviembre en que llegaron a esta ciudad los Comisionados Correa, Toro y Linares, hubo entre S.E. y el General Morillo varias y frecuentes comunicaciones, todas las cuales excepto una, están insertas en el manifiesto que incluyo a V.E. publicado por el Gobierno español. En él verá también V.E. los tratados que fueron el término de estas nuevas conferencias.

Si V.E. lee con detención ambos tratados y particularmente el de armisticio, se convencerá de que en las conferencias se trató de todo menos de sujeción o dependencia. Los españoles por la primera vez hablaron con la América como hombres, deponiendo el orgullo de superioridad o dominio. Lejos de renovar sus pretensiones, se esforzaron en persuadir su convicción de nuestra justicia y la decisión de su Gobierno a otras y tratarnos favorablemente. [Habían sido] [5] Tan felices disposiciones de parte de nuestros enemi­gos debieron inclinarnos a aceptar la tregua que se pedía, [la con­testación había sido carg] [6] modificándola y limitándola de modo que no pueda sernos ruinosa ni perjudicial aun cuando las miras de la España fuesen entretenernos y ganar tiempo. Negarnos a entrar en negociación habría sido hacernos culpables de los desas­tres que debían seguir de la continuación de la guerra exterminadora que ha devastado a nuestra desolada Patria, y habría manifes­tado desconfianza por nuestra parte en nuestro derecho y justicia.

Además puedo asegurar a V.E. que en los momentos en que se concluyó el armisticio era [urgentemente] [7] no sólo conveniente, sino necesario al ejército de Colombia. Primero: porque estando casi a las manos con el ejército español, era forzoso o dar una batalla y aventurar su suerte, o retirarse y perder la Provincia de Trujillo y las ventajas que ella nos daba para ocupar a Maracaibo y comunicar con Barinas. Segundo: porque la mayor parte del ejército es­taba aún fuera de combate y no podía entrar en acción sin esperar algún tiempo según los avisos que S.E. recibió de los Jefes de las divisiones. Tercero: porque la experiencia del pequeño armisticio convenido en el mes de julio había probado que ganábamos infinito en la opinión pública y en la fuerza moral de nuestros solda­dos, mientras que los del enemigo la perdieron por él; así se vio en un solo mes de tregua disolverse cuerpos enteros, y pasar a nuestras banderas no sólo tropas sino pueblo y cantones [enteros en] [8] en masa. Cuarto, en fin, porque nos convenía ganar tiempo para afirmar la opinión y asegurar la posesión del mismo territorio que se había libertado en el último año en el cual estaban com­prendidas algunas Provincias de las más partidarias de la España, y para levantar y armar los cuerpos de reserva que se estaban orga­nizando y que deben servir para reparar nuestras pérdidas en la campaña. Tales fueron las razones que movieron a S.E. a aceptar un armisticio ventajoso por todos aspectos [nos son ventajosos] [9] porque aunque [no debe sino imponerlas] [10] prescindamos de las cesiones que nos hizo el enemigo, no podemos despreciar las circunstancias de haber tratado con una plena igualdad.

Apenas había firmado el tratado, cuando tuvo S.E. la satisfacción de saber que las Provincias de Guayaquil, Cuenca y otras del Departamento de Quito, se habían puesto en insurrección contra la España, constituyendo sus Gobiernos provisorios mientras comunicaban con el de Colombia. S.E. ha tratado de asegurar y cubrir aquellas Provincias prestándoles su protección. Poco después [la Provincia y capital] [11] Maracaibo siguió el mismo ejemplo y se ha incorporado ya a la República.

Cumpliendo con el artículo 11 del armisticio, ha nombrado S.E. el Libertador Presidente a los señores J. Rafael Revenga, [J. Tiburcio Echeverría] [12] Ministro Secretario de Estado, Relaciones Exte­riores y Hacienda y J. Tiburcio Echeverría, Ministros Extraordina­rios y Plenipotenciarios cerca de S.M.C., autorizándolos competen­temente para que negocien y concluyan un tratado definitivo de paz y amistad entre España y Colombia. Estos señores marcharon de Cúcuta hacia Caracas el 13 de febrero último y deben embar­carse en La Guaira en un buque de guerra español que los condu­cirá a Cádiz [13]. Su misión no será obstáculo para que no se abran las hostilidades, si llegado el término del armisticio no se hubiere ampliado; y esta prórroga no tendrá lugar si no consiente el ene­migo en concentrarse a la parte que ocupa en las Provincias de Caracas y en la de Coro, entregando al ejército de la República la capital de Cumaná, y lo que posee en las Provincias de Río Hacha y de Barinas.

[Todo lo que] [14] Tengo el honor de comunicarlo todo a V.E. para su inteligencia y gobierno, de orden del S.E. el Libertador Presidente.

Dios guarde a V.E. muchos años.

PEDRO BRICEÑO MÉNDEZ

* Archivo del Libertador. O’L. Vol. XVIII, primera parte, fº 121-122-123 y vto.

Notas

[1] Manuel Torres. Nació en España en 1767. Por sus ideas liberales sufrió persecuciones del gobierno español. Vivió 26 años en los Estados Unidos de Norte América. Entusiasta defensor de la revolución que dirigió el Libertador. Fue encargado de Negocios de Colombia. Murió el 15 de julio de 1822.

[2] Testado [entienda].

[3] Testado [nuestras].

[4] Testado [línea].

[5] Testado [Habían sido].

[6] Testado [la contestación había sido carg].

[7] Testado [urgentemente].

[8] Testado [enteros en].

[9] Testado [nos son ventajosos].

[10] Testado [no debe sino imponerla].

[11] Testado [la Provincia y capital].

[12] Testado [J. Tiburcio Echeverría].

[13] Cádiz [España]. Véanse los Vols. I, IV, V, VI, VIII, X, XII, XIV.

[14] Testado [Todo lo que].

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