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DOCUMENTO 8992 OFICIO DE JOSÉ GABRIEL PÉREZ AL GENERAL NECOCHEA, FECHADO EN PATIVILCA EL 24 DE FEBRERO DE 1824, LE ORDENA, DE PARTE DEL LIBERTADOR, INSTAR AL ALMIRANTE GUISE PARA QUE EXTRAIGA O DESTRUYA LOS BUQUES QUE SE ENCUENTRAN EN EL CALLAO Y PUEDAN SER ÚTILES AL ENEMIGO. LE PARTICIPA QUE EL LIBERTADOR LO AUTORIZA A OFRECER RECOMPENSAS PARA QUIENES RECUPEREN LAS FORTALEZAS DE EL CALLAO*

Pativilca, febrero 24 de 1824.

Al Señor General Necochea.

Acabo de recibir siete notas de V.S. de 21 del presente que he tenido la honra de poner en la consideración de S.E. el Libertador. S.E. se complace infinito de la llegada de la Fragata Protector al Callao. Mucho espera S.E. de la intrepidez y de la experiencia del Señor Almirante. Repite S.E. una y un millón de veces que haga V.S. cuanto esté de su parte por empeñar al Señor Almirante en que dé un barreno a la fragata Guayas, en que extraiga el Balcárcel y la Rosa, los queme o eche a pique: en que extraiga todos los buques de guerra del Estado y de particulares americanos del Sur, y todos los buques mercantes de subditos independientes que puedan de cualquier modo, y en cualquier tiempo, ser útiles al enemigo, armados en guerra. S.E. autoriza a V.S. plenamente para que tome del vecindario de Lima, de grado o por fuerza, cuanto dinero necesite para la Escuadra del Señor Almirante a quien suministrará V.S. con oportunidad y franqueará todos los auxilios pecuniarios: todos los víveres y vestuarios para su tripulación no sea que, por las privaciones que sufren, hagan lo que los facciosos del Callao. S.E. espera que la armonía y el perfecto acuerdo entre V.S. y el Señor Almirante produzcan los más saludables efectos y las mayores ventajas.

Parecen a S.E. muy acertadas las medidas de conseguir anticipadamente buques en que exportar por el Ancón o Chorrillos los objetos más voluminosos pesados y de difícil conducción, y principalmente para salvar la Infantería, las municiones, la maestranza y otros elementos de guerra y la Imprenta, cuando sea necesario abandonar esa Capital.

Siempre recomienda S.E. la anticipación de las medidas que se tomen porque en la urgencia, en la estrechez y en el peligro todo se hace con precipitación y desorden, olvidándose quizá lo más esencial.

S.E. ha recibido los tres partes que V.S. incluyó de la Sierra sobre el movimiento de los enemigos y S.E. queda esperando al Capitán Divicia que V.S. ofrece enviar.

En las circunstancias de esa Capital V.S. solo que las vé y las toca puede calcular el modo con que debe obrar. Su situación; y el orden y aspecto de los negocios son la regla de las operaciones de V.S. Pero S.E. insiste, e insistirá siempre en prevenir a V.S. el estricto cumplimiento de cuantas órdenes e instrucciones le ha comunicado, sin que haya nada que impida su ejecución. Añade S.E. que V.S. sobre toda consideración tome cuantas telas existan en esa Capital, propias para vestuarios, como brines, paños, y cuanto pueda servir para estos objetos dando V.S. vales a los negociantes a quienes las tome, que serán satisfechos a su tiempo. Esto se entiende siempre que V.S. no pueda exigir el numerario del vecindario de esa Capital.

S.E. previene y autoriza para que, a su nombre, dé V.S. una proclama a los del Callao, ofreciéndoles al que sea Jefe de una revolución que ponga en nuestras manos aquellas fortalezas, el empleo efectivo de General y cien mil pesos en numerario, recibiendo esta recompensa cualquiera que sea el Jefe de la empresa, bien sea Moyano, bien Casariego, bien cualquiera otro. Ofrezca V.S. la conservación en los grados y empleos que han obtenido ahora los insurreccionados y además mil pesos a cada Oficial de los nuevamente creados por la revolución, cien pesos a cada soldado que tome parte en la restitución de las fortalezas a nuestro poder: en fin, ofrezca V.S. todas y cuantas recompensas V.S. crea capaces de moverlos por extraordinarias que sean, asegurando V.S. del modo más franco y solemne que serán religiosamente cumplidas bajo la palabra de honor de S.E. el Libertador. Ofrezca V.S. dos grados sobre los legítimamente obtenidos a cuantos tomen parte en la restitución de estas fortalezas. En fin, V.S. está ilimitadamente autorizado para ofrecer, a nombre de S.E., cuanto puedan hombres, y cuanto pidan, con tal de que volvamos a recuperar el Callao. Ofrezca V.S. a los soldados que hayan sido esclavos y que aún tengan parientes en la esclavitud la libertad de sus hijos, padres, hermanos, tíos, sobrinos y de todos los parientes siempre que tomen parte en esta noble empresa. Hágales V.S. ver que las recompensas que les darán los españoles serán mezquinas o quizá ningunas, porque son pérfidos, porque son españoles que detestan a los insurgentes y ven a los pobres negros esclavos como a bestias.

En fin, señor General, nada más tengo que decir a V.S. sino repetirle que si V.S. logra la ocupación del Callao, los españoles recibirán un golpe mortal en su corazón. Las proclamas que V.S. haga diríjalas V.S. directamente, a Casariego un paquete, a Moyano, otro, y uno a cada uno de los principales insurreccionados en el Castillo, inundando de resto todas las fortalezas y todo el pueblo del Callao y de Lima de ejemplares para que los oigan y vean todos: las mujeres, los parientes, los amigos de los que están en el Castillo, y por este grito universal, veamos si se les hace conocer su interés y sus ventajas.

Haga V.S. mil esfuerzos por ver si se introducen con estas proclamas en los Castillos godos audaces bien penetrados de la sinceridad de estas ofertas y de que serán infaliblemente cumplidas porque estos serán los mejores agentes, o como Jefes, o como seductores. Las mujeres y los parientes de los negros son también excelentes agentes. Se me olvidaba decir a V.S. que ofrezca a los soldados que no quieran continuar en el servicio, que obtendrán su licencia absoluta, y el permiso de irse a sus casas, o a donde quieran con sus recompensas de cien pesos, y lo mismo a los Oficiales nuevamente creados que no quieran continuar. En fin, ofrezca V.S. cuanto quieran.

Mande V.S. el adjunto pliego a Chile por la primera ocasión que se presente, tomando el mayor interés en ello.

Dios guarde &.

[JOSÉ GABRIEL PÉREZ]

* De un copiador del Archivo del Libertador. Sección O’Leary, Tº XXII, 1ª parte, Fº 24 al 26.

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