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DOCUMENTO 3735. OFICIO DE BOLÍVAR PARA EL GENERAL BERMUDEZ, FECHADO EN GUASDUALITO EL 3 DE JUNIO DE 1819. LE AVISA QUE ESE DÍA SEPARASE DE VENEZUELA PARA MARCHAR A LA NUEVA GRANADA; LE ANTICIPA LAS ESPERANZAS MILITARES DE LOS GENERALES BERMUDEZ Y PAEZ, COMO ÚNICOS COMANDANTES DE LOS EJÉRCITOS DEL ORIENTE Y OCCIDENTE, RESPECTIVAMENTE. LE PLANTEA LAS POSIBLES DIFICULTADES CON RESPECTO AL ENEMIGO Y LE PLANIFICA LAS ACCIONES A TOMAR .*

0Guasdualito , Junio 3 de 1819. 9º

Al Señor General Bermúdez.

Al separarme hoy de Venezuela para marchar a la Nueva Granada, todas mis esperanzas militares las cifro en US. y en el señor General Páez que queda mandando el ejército de Occidente, bastante fuerte para defender esta parte de la República, mientras que US. hace otro tanto por el Oriente.

Yo no temo que el enemigo invada en el invierno el territorio confiado a las armas del mando de US., porque además de ser una operación peligrosa para él, tiene la desventaja de ser inútil, en cuanto a que no puede sacar ninguna especie de subsistencias de esos países desolados y cubiertos de enemigos del Rey. Por lo mismo he ordenado, y ahora repito esta orden, que US. levante un ejército de 3.000 hombres a la mayor brevedad, para que invada el territorio de Caracas en el acto que el enemigo se aleje de él con sus fuerzas mayores, en marcha hacia el Occidente y aún hacia la Nueva Granada. Pero si los españoles intentan algo contra el ejército de Oriente, yo espero que la resistencia sea igual a la prudencia con que debe ser conducida esa campaña.

En primer lugar, debe US. tener presente que los enemigos confían más en su disciplina que en su valor: que más confían en las sorpresas que en los ataques regulares; y que ellos nos suponen incapaces de obrar según los principios de la táctica. Piensan que no sabemos movernos, porque no sabemos evoluciones. Es preciso, pues, que vean en el ejército de Oriente lo que en el de Occidente, valor, táctica y disciplina. El enemigo ataca siempre en columnas cerradas, porque anteriormente se les recibía siempre en batalla. Luego que lo recibamos en columnas también cerradas, es probable que despliegue en batalla y que cambie de frente para sorprendernos y aprovecharse de nuestra perplejidad. Regla general: si no hay obstáculos invencibles en el campo de batalla, o si nosotros no ocupamos posiciones ventajosísimas, debemos observarlo constantemente, y desde muy lejos, para atacarlo en la misma formación en que venga marchando; mas siempre prontos a seguir sus movimientos con la última celeridad, procurando muy cuidadosamente oponerle un frente igual, o poco mayor, aunque nuestro fondo sea un poco menos que el del enemigo. Un ala sobresaliente tiene mucho adelantado para flanquear al enemigo. Hará US. que las primeras compañías sean de hombres selectos, para ponerlas siempre al frente, porque las tres primeras filas deciden regularmente de la suerte de la columna y aún de la victoria. El resto de la columna sigue el impulso de su cabeza.

El enemigo no aleja jamás sus cuerpos avanzados de la masa de su ejército, lo que nos da una gran facilidad para observarlo de cerca y obrar según las circunstancias. Si US. observa diligentemente las tropas españolas, puede lograr destruirlas, sin aventurar una batalla, que puede ser ruinosa.

En fin, señor General, yo me lisonjeo de que US., en combinación con el señor General Páez, alcanzará sucesos prodigiosos y logrará sin duda libertar a Venezuela, mientras yo me ausento de ella.

US. no debe ahorrar medida alguna, por fuerte y extraordinaria que sea, para sacar el contingente señalado a las Provincias de Oriente, y muy particularmente a la de Cumaná, que por desgracia es la más renuente, porque la alternativa es, o levantar el ejército o perder las Provincias. Este caso no lo imagino ni remotamente; yo tengo la más ciega confianza en la actividad, energía y celo de US. Supérese US. mismo en estas cualidades, para que la República y yo le tributemos los sufragios de la gratitud.

El Vicepresidente está revestido de toda la autoridad militar, y US. deberá entenderse con él, como si fuera conmigo mismo; en la inteligencia de que por mi ausencia él queda llenando todas las funciones de la Presidencia.

Desde el Mantecal cometí a US. el nombramiento de General en Jefe del ejército de Oriente. Si acaso se hubiere perdido aquel despacho, le servirá a US. de tal este oficio, y en consecuencia se hará cargo inmediatamente del mando de aquel ejército y ejecutará las instrucciones que entonces se le dieron y éstas.

Dios, etc.

BOLÍVAR.

* De un impreso moderno, O’Leary, "Memorias", tomo XVI, págs. 388-389

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