Señor General Don Antonio Gutiérrez de la Fuente
Estimado general:
El correo de ayer ha puesto en mis manos la carta de Vd. de 28 del pasado en que Vd. me habla tan largamente sobre las elecciones que se han hecho en Arequipa y lo ocurrido en ellas. Nada de lo que Vd. me dice me ha sorprendido, porque no todo sucede como es de desearse. Tengamos, pues, paciencia, y no se desespere Vd. He visto lo que Vd. me dice con respecto a su noble determinación de dejar la prefectura en caso de que las tropas y yo desamparemos este país. Ciertamente yo agradezco el sentimiento en la parte que me toca, pero también estoy persuadido de que no llegará el caso de que así suceda. Yo podré ausentarme del Perú, porque mi primer deber es velar sobre la conservación de mi patria, pero yo prometo que las tropas colombianas no abandonarán, del todo, a un país que se ha mostrado tan generoso como agradecido para con ellas, y que la mayor gloria de estos soldados será servir al Perú. Sin embargo, si la desgracia quisiere que Vd. abandonase el suelo que le vio nacer, yo le ofrezco a Vd. en Colombia la misma amistad que le he profesado en el Perú, y mi patria hará un grato deber en recibir a Vd. en su seno, en su misma graduación y consideraciones que Vd. merece; Vd. puede contar en todo tiempo con esta oferta. Ni la América ni yo jamás podremos olvidar que Vd. ha salvado su patria en los momentos de expirar, ni tampoco el ejército libertador olvidará que Vd. ahogó una facción que se oponía a su triunfo y a su gloria.
Soy de Vd. afectísimo.
Bolívar.
Biblioteca Nacional, Lima.
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