Magdalena, 8 de marzo de 1825.
Al Benemérito Señor, General en Jefe, Bartolomé Salom.
Incluyo a V.S. apertorio un oficio para el señor Ministro de Guerra.
Dejo dada la orden para que vaya a Lima una compañía del regimiento Número 3, en reemplazo de la que ha venido hoy, y con ella podrá V.S. mandar custodiar la comisaría y parque.
Dispone igualmente S.E. que los dos cañones de a 8 que se hallan en Santa Catalina y que deben estar infinitamente municionados, los remita a Maranga.
El mayor Puller ha dicho que don José María Verdugo, vecino y residente en esa capital, tiene en su casa 2 piezas de a 8, montadas en buenas cureñas y que apenas les falta una que otra pieza que puede reponerse fácilmente: si esto fuese asequible, podrán tomarse dichas piezas y pedirse al señor ministro de guerra y marina algunas municiones del calibre de a 8, las cuales no serán difíciles de conseguir de los buques extranjeros.
Quiere también S.E. que de la pólvora de cañón existente se vayan construyendo cartuchos (de bala de a 24) y que además se construya gran cantidad de cartuchos del mismo calibre para llenarlos tan luego como haya pólvora y bala.
En suma señor general, S.E. quiere que se trabaje a la vez todos los elementos de guerra de que tendremos necesidad a su tiempo; porque después de haber trabajado incesantemente en casi todos los ramos, como llegue a faltar un solo artículo, todo se malogra.
Dios, etc.
[JOSÉ D. ESPINAR]
* De un copiador de Secretaría. Archivo del Libertador, Sección O’Leary, tomo 37, folios 295 Vto.-296 recto.