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DOCUMENTO 8059 COMUNICACIÓN DE JOSÉ GABRIEL PÉREZ PARA EL GENERAL SUCRE, FECHADA EN LIMA EL 21 DE OCTUBRE DE 1823. LE AVISA RECIBO DE SU CORRESPONDENCIA, DE LA CUAL QUEDO IMPUESTO EL LIBERTADOR, QUIEN LE ENVÍA UN PLAN DE OPERACIONES. LE PARTICIPA HABER TENIDO LUGAR UNA TRANSACCIÓN CON RIVA-AGÜERO Y ESTAR PREPARÁNDOSE UNA MARCHA SOBRE LA SIERRA. LE IMPARTE INSTRUCCIONES RELATIVAS AL CASO.*

Al señor General A. J. de Sucre.

He tenido la honra de recibir las comunicaciones de US. de 11 de octubre en Quilca; y S.E. el Libertador queda impuesto de ellas.

S.E., pues, me manda participar a US. el plan de operaciones que se ha propuesto, para que US. lo cumpla exactamente. Se ha terminado la diferencia entre Riva-Agüero y el Gobierno legítimo del Perú, y de consiguiente aquella División ha entrado en el número de las fuerzas disponibles para esta campaña. Esta feliz transacción pone al Libertador en la disposición de obrar rápidamente sobre la sierra con todas las fuerzas aliadas y peruanas antes que las enemigas, que están en el Sur, se trasladen a ella y opongan una fuerte resistencia.

Ha resuelto, pues, el Libertador que 400 hombres que están en esta capital marchen directamente a Jauja a las órdenes del General Martínez: y S.E. marchará a Huarás al mismo tiempo para reunir allí todas las fuerzas que mandaba Riva-Agüero, y continuar a Jauja, y que US. con la División de su mando se dirija a Huamanga, por lea, para reunir todas las fuerzas nuestras en la sierra. La operación que US. debe ejecutar de marchar a Huamanga se entiende siempre que a la División de su mando se haya ya reunido la División que debía venir de Chile y los restos de la del General Santa Cruz; de modo que US. cuente con seis mil hombres por lo menos.

En este caso es que US. debe emprender por Ica su movimiento sobre Huamanga, llevando consigo todas las mulas, caballos y ganados que pueda hacer colectar en la marcha; principalmente en la montaña, dirección de lea a Huamanga, donde se pueden requisar muchos ganados de todas clases: pero si US. sólo contare con la División de su mando sin las fuerzas que hayan venido últimamente de Chile, ni los restos de Santa Cruz, entonces US. se dirigirá con ella al Callao.

El movimiento de los 4.000 hombres que marchan de esta capital a Jauja, y el de S.E. a Huarás para dirigir las fuerzas de Riva-Agüero y continuar a Jauja, pende de la noticia de la llegada de US. a Ica y de que puede emprender su marcha sobre Huamanga con 6.000 hombres; pues en este caso S.E. resolverá si pasa a dirigir en persona esos 6.000 hombres y US. debe venir a Lima para seguir a Huarás a dirigir los de Riva-Agüero, o si US. continúa con ellos y S.E. es el que se encarga de la marcha por Huarás. Así, US. debe participar volando el estado en que se halle, la venida o no de la División chilena, el número que se le haya incorporado de la del General Santa Cruz y su llegada a Ica, para recibir la orden de marcha o de venir aquí. Se entiende ésto, si US. cuenta con 6.000 hombres, pues si no los tiene debe venir al Callao.

También debe US. participar los artículos de que esté falto para enviárselos oportunamente.

S.E. revoca todas estas órdenes que anteceden, siempre que US. haya determinado ejecutar con probabilidad de suceso alguna operación sobre Arequipa o la Paz; o bien haya ejecutado algún desembarco en Ocaña para internarse a la sierra. En uno de estos casos, S.E. emprenderá inmediatamente en persona su marcha por esta parte con los 4.000 hombres de Colombia y del Río de La Plata que están aquí, para dirigirse con la mayor rapidez posible hacia US. Mas nada de ésto tendrá lugar mientras el Libertador no sepa el estado de las cosas en el ejército del mando de US. y la dirección que tome su marcha.

En fin, S.E. desea ardientemente que US. no pierda la ocasión de internarse a la sierra, por la vía que presente más comodidad y más recursos para la marcha de nuestras tropas; pero consultando ante todo la seguridad de esa División y la facilidad de reunirse a las tropas de esta capital en las inmediaciones de Huamanga. Esto es, siempre que US. no se haya dirigido al Sur del Perú; pues entonces US. no debe consultar más que el éxito de su empresa. Entre tanto, el Libertador obrará por el Norte con cerca de 7.000 hombres que están prontos a marchar.

Por último, S.E. nada desea tanto como reunir todo el ejército en un campo de batalla, porque nada puede hacer vacilar la victoria mandando el Libertador 13.000 combatientes a sus inmediatas órdenes.

Dios, etc. Lima, octubre 21 de 1823.

JOSÉ GABRIEL PÉREZ

* De un impreso moderno. O’Leary, "Memorias"; tomo XX, páginas 478-480.

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