Señor General Don Antonio Gutiérrez de La Fuente.
Mi querido general:
Esta mañana recibí la carta de Vd. del 11 de abril.
Como este correo sale hoy mismo y tengo cosas de mucha importancia que comunicar a Vd., no me detendré en contestar a cada uno de los capítulos de su carta, pero cuente Vd. con que los tendré presente.
Ayer ha llegado el señor Pando que nos ha traído noticias de Europa y de La Habana. En este último punto se han estado acumulando muchas tropas españolas y buques de guerra, sin duda con la intención de invadir a Colombia. Todos estos preparativos se hacen bajo la influencia de Morales, que es audaz, activo y emprendedor, y nada me sorprendería menos que saber que este malvado ha desembarcado en las playas de Colombia con 12 ó 14.000 hombres, que es el número de tropas que pueden expedicionar fuera de la isla. Estas noticias, no de hoy, y que cada día se confirman y toman un carácter más imponente, han llamado hoy toda mi atención. Por lo tanto, es preciso, mi querido general, que Vd. inmediatamente proporcione al general Sandes los medios necesarios para que los batallones que guarnecen ese departamento se aumenten a mil plazas, más que menos, se disciplinen, se vistan y, en una palabra, se pongan en estado de marchar a primera orden. Esta operación es muy interesante y debe excitar todo el interés de un hombre como Vd. ¿Qué se diría de nosotros si nos dejásemos sorprender por una expedición española que tanto tiempo ha se está preparando y teniendo nosotros tantos medios y tantos recursos?
A todo esto agregue Vd. que la muerte de Alejandro no ha producido ningún buen efecto a favor de nosotros en la política europea, pues que le ha sucedido su hermano Nicolás, sin que entre los dos haya más diferencia que la del nombre. Todo esto quiere decir, que nada tenemos que esperar de la Europa y que cuanto hagamos debe salir de nuestro patriotismo y de nuestros sacrificios.
Ya Vd. sabrá que el congreso del Perú no se ha instalado. Esta falta es enteramente debida a los buenos diputados de Arequipa, a no ser por ellos ya se hubieran unido las dos repúblicas, y Arequipa hubiera sido su capital. Por estas razones es preciso que Vd. haga escribir mucho en favor del gobierno y de estas ideas. Dígale Vd. a González que me tiene muy enfadado porque no escribe nada.
BOLÍVAR.
Biblioteca Nacional, Lima.
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