Lima, 8 de octubre de 1823.
Al Señor General Sucre.
No habiéndose logrado terminar pacíficamente la disidencia del ex-Presidente Riva-Agüero como se esperaba, no puede ya verificarse la marcha del Ejército del Centro hacia la Sierra como tuve la honra de participar a V.S. en mis comunicaciones de 18 de septiembre. Así, el Libertador me manda participárselo a V.S. para su inteligencia y me manda prevenirle que puesto que ya no tiene lugar la expedición del Ejército de esta capital hacia la Sierra, si V.S. por obrar en consecuencia de las órdenes anteriores, o por un mal suceso, o por alguna operación que V.S. se haya propuesto, o por cualquiera otro accidente, se hubiere dirigido a lea, o a cualquiera otro punto o puerto del Norte con todas o parte de sus fuerzas continúe V.S. con ellas al puerto del Callao, pues el Libertador se ha propuesto un nuevo plan de campaña. En consecuencia V.S. dará esta misma orden a las tropas de su mando que hayan quedado por su espalda, para que todos vengan al Callao.
Esta misma orden será obedecida y ejecutada por cualquiera de los Jefes de la División del mando del Señor General Sucre que toque o arribe a cualquier punto o puerto, de los que están situados desde Arica hasta Pisco, es decir, que continuarán con las tropas que estén a sus órdenes hasta el Callao, pues así lo dispone S.E. el Libertador, de cuya orden lo comunico.
Dios, etc.
[J. GABRIEL PÉREZ]
* De un copiador del Archivo del Libertador. Sección O’Leary. Tº XX. Fº 213 vto. al 214.
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