Lima, 6 de abril (de 1826)
(A Manuela Sáenz).
Mi querida amiga:
Mucho me complacen tus amables cartas y la expresión de tus cariños son mi placer en medio de la ausencia. Ya digo a Sucre que te recomiendo nuevamente, y no más. A tu mamá que no se vaya por nada, nada, nada: mira que yo me voy a fines de éste para allá sin falta. Espérame a todo trance. ¿Has oído? ¿Has entendido??? Si no, eres una ingrata, pérfida y más aún que todo esto, eres una enemiga.
Tu amante.