Cuartel General en San Cristóbal, a 30 de abril de 1820.
Al Excmo. señor Vicepresidente de Cundinamarca, etc., etc.
Ayer han llegado aquí el señor Coronel Briceño, que viene de Angostura, y el Teniente Coronel Pérez, de Achaguas. El primero conducía una grande correspondencia del Gobierno de Venezuela para mí; pero desgraciadamente, la despachó desde Apure con un posta, que no ha llegado aún. Esta correspondencia contiene muchas noticias importantes sobre el estado de nuestras contratas de armas y sobre nuestras relaciones con el Norte de América y la Gran Bretaña, porque poco antes de su salida de Angostura habían llegado algunos buques, entre otros un bergantín cargado de provisiones despachado por nuestro agente Forsyth [1].
El señor Zea dio la vela en los primeros días de marzo con dirección a San Thomas. Con él iba el señor General Sucre, que debía regresar inmediatamente con el armamento que hay de venta en aquella isla. Antes que a él se espera a don Pedro Eduardo [2] que ha ofrecido traer dos mil o más fusiles y, probablemente, estará ya remontando el Orinoco este armamento.
Nada ha ocurrido importante en cuanto a operaciones militares en Venezuela, porque el enemigo ha conservado sus posiciones puramente defensivas. Una columna de 800 hombres con que el Coronel español Pereira recorre los llanos orientales de Caracas, se adelantó en marzo hacia Santa Clara en Barcelona, pero volvió a retirarse perdiendo una gran parte de su fuerza por un ataque que le hizo de sorpresa el señor General Monagas. El ejército del Oriente de Venezuela se organiza rápidamente. Una de sus divisiones se está formando a las órdenes del señor General Cedeño en Barcelona y el señor General Bermúdez levanta la otra en Cumaná. Dentro de poco tiempo habrá allí un bello ejército.
La columna irlandesa que existe en Margarita, ha recibido orden del Vicepresidente de la República para venir a Guayana, si no hubiere llegado el resto de la legión y no fuere ella sola bastante para ejecutar las operaciones que se proyectaron sobre la costa. Estas tropas vendrán en este caso a reforzar el ejército de Occidente que tendrá entonces una división inglesa fuerte de más de 1.000 hombres.
Algunos prisioneros tomados en Apure al enemigo y otros pasados aseguran que Morillo ha desistido de toda operación sobre Cundinamarca; que las tropas han tomado cuarteles de invierno en Barinas, Barquisimeto y Calabozo; que la mayor parte de las fuerzas enemigas ocupan esta última ciudad y que Morillo marchó a fines de marzo para Valencia, y aun dicen que para Puerto Cabello.
Todas estas noticias confirman la prudencia del plan que he adoptado para el invierno. Si Morillo no se cree bastante fuerte para buscarme, tampoco aceptará la batalla que yo le ofrezca y, de consiguiente, nuestra campaña sería muy larga, extremadamente penosa y su resultado el más incierto y aventurado, así por las dificultades que presenta la estación, como por la desventaja que tendríamos siempre en las posiciones y escasez de recursos para la subsistencia.
Un buque francés que arribó a Angostura a fines de marzo nos ha traído muy lisonjeras noticias de España. La sublevación que proyectó el ejército destinado a América el año pasado ha sido realizada formalmente por otro ejército de 10.000 hombres que marchaba para Cádiz con el mismo destino. Se dice que este cuerpo ha proclamado la constitución y las cortes el 12 de enero último y que el 20 del mismo mes constaba ya de 23.000 hombres, después de haber batido completamente al General O’Donnell que marchó con una división a contener la insurrección. El mismo suceso había sido anunciado antes por un buque norteamericano que llegó a Trinidad y aun añadía, que el estandarte patriota había sido enarbolado en Cádiz. El espíritu que reina mucho tiempo ha en el pueblo y ejército español hace muy probable este acontecimiento que ha tenido lugar precisamente en los días en que se había dicho que marchaba la expedición. El primer correo que venga de Angostura nos traerá detalles tan positivos que no dejen duda alguna.
En este instante ha llegado la correspondencia de que hablo a V.E. al principio de éste. Verdaderamente son muy plausibles las noticias que contienen acerca de nuestras relaciones con el Norte. Nuestro agente ha sido admitido a algunas conferencias con el Presidente y con el Secretario de Estado que se muestra muy decidido a protegernos. Se le han ofrecido 8.000 fusiles por el Gobierno y sólo faltaba el consentimiento del Congreso para entregarlos. La misión del señor Zea es tan oportuna y llega en momentos tan felices que estoy casi cierto de que obtendrá el reconocimiento de nuestra independencia y auxilios muy poderosos. En primera ocasión remitiré a V.E. copia de las comunicaciones más importantes que he recibido.
Dios guarde a V.E. muchos años.
BOLÍVAR
Al margen: Contestado en 12 de mayo.
* De un impreso moderno. "Cartas del Libertador" (Fundación Boulton), vol. XII; págs. 186-188.
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