Maracaibo, 17 de diciembre de 1826.
AL SEÑOR FERNANDO PEÑALVER.
Mi Estimado Peñalver:
Recibí su apreciable y quedo muy complacido en saber que se halla Vd. contento en ese país. Ayer llegue a esta plaza y dentro de dos días marcho a Venezuela por Coro, para donde seguirán las tropas necesarias a apagar el fuego devorador que ha introducido la discordia. El 26 y 28 ha sido atacado Puerto Cabello por las tropas de Páez, y el habérsele pasado a Briceño la mitad de un Batallón de éstas, habrán convencido al mismo Páez y su facción que es inútil toda tentativa sobre aquella plaza fuerte, y ningunas las ganas de los Venezolanos en pelear contra sus hermanos por una causa injusta. Bermúdez fue atacado también en la batería de la Boca del Río de Cumaná por aquellos habitantes armados, bajo la dirección de los hijos de Pedro Coronado, y después de un horroroso fuego de seis horas, el 19 del pasado, se regresó a Barcelona con sus tropas que no constaban más que de 300 hombres, dejando tendidos en aquellas sabanas 150 facciosos. El Dr. Mendoza ha sido obligado a salir para Trinidad, y no lo creo mal librado. Yo he tomado todas las medidas capaces a restablecer el orden y si esto no tiene efecto no será culpa mía.
Pásela Vd. bien, mi amigo, y quedo siempre su afmo.
BOLÍVAR.
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