Chía, 19 de noviembre de 1828.
A 5 leguas de Bogotá.
A la Señora María Antonia Bolívar.
Mi querida hermana: No he recibido carta tuya en este correo, seguramente porque a la salida te hallabas en Macarao [1], como se me dice en otras, y he dejado de saber por tu medio lo que ha podido hacerse con los contendores del pleito de las minas. Este asunto me tiene sumamente inquieto, porque su conclusión y la realización de la venta en Londres (como te dije en mi anterior) comprometen mi reputación con aquellos señores. Esto me ha hecho tomar la deliberación siguiente: conferir mi poder al señor Gabriel Camacho [2], así para que siga el tal litigio, como para que transija todas las dificultades y remita los documentos corrientes a Londres. Por tanto, sustituirás en el referido señor Gabriel Camacho el poder que tienes para entender en el pleito de las minas de Aroa, para transigir las dificultades que se presenten y, en fin, para su conclusión y remisión de todos los documentos y títulos corrientes a Londres, para verificar solemnemente allí la venta que tengo ofrecida sin ningún obstáculo.
Hazme el favor de dar cumplimiento inmediata, inmediatamente a esta disposición: mira que hace más de un año que estoy sufriendo incomodidades y perjuicios, porque no acaba de realizarse este negocio, y quedando mal con mis acreedores, como Lara [3], etc., sin que haya santo que te haga cumplir mis encargos por más que te exagere la urgencia.
He encargado a Álamo [4] que suministre a Camacho los fondos necesarios para este asunto y al general Páez [5] que los vaya retribuyendo a aquél como vaya siendo posible, por cuenta de mis sueldos, pues de ellos estoy dejando una parte muy considerable con este fin.
Estoy aquí desde ayer y pienso pasarme dos o tres meses en estos campos descansando y divirtiéndome. Memorias a mis sobrinos y soy tu hermano que te ama de corazón.
BOLÍVAR.
¡Por Dios!, Antonia, no me hagas sufrir más con tus temeridades: sustituye el poder y salgamos de este asunto.
* Del texto dado por el Dr. Lecuna (“Simón Bolívar, Obras Completas”, II, pp. 510-511), quien dice transcribirlo del original perteneciente a la familia del señor Rafael Benavides Ponce. La Comisión Editora no ha podido examinar el original. Desde Chía, población cercana a Bogotá, se dirige el Libertador a su hermana María Antonia, en relación al asunto de la venta de las minas de Aroa. (Véanse: docs. Nos. 294, 296, 309, 315, 316, 321 y 323.)