Bogotá, 27 de agosto de 1828.
[A la Señora María Antonia Bolívar].
Mi querida Antonia: Por fin he recibido la noticia positiva de que se han vendido las minas de Aroa en 38 mil libras. Pero para empezar los pagamentos me exigen los títulos originales, y el advenimiento de mis coherederos, para que se verifique la venta. Por consiguiente, es preciso mandar los títulos originales a los señores Madrid [1] y Bello [2], y un documento de tu parte en el cual conste nuestro compromiso [3], y la ley que me autoriza para vender ese mayorazgo [4], pues los compradores piden este requisito también; además, concluye con la familia del vizcaíno [5] la transacción que teníamos pendiente, pagándole los 3.000 pesos, que habíamos convenido, aunque sean de las letras que están en tu poder o el de Álamo [6]. Si hubiere algún inconveniente, habíale al general Páez, para que medie con su respeto y con su empeño, pues esa gente gana en lugar de perder, no teniendo derecho alguno. Al mismo tiempo, escríbele al general Ibarra [7] para que hable con la señora Monbrune [8], o qué sé yo cómo se llama, a fin de que renuncie toda pretensión sobre las minas, pues ningún derecho tiene para molestarnos sin provecho alguno de su parte. También el general Páez [9] pudiera escribirle a esa señora diciéndole las cosas como están, para que no me moleste injustamente. Todos estos documentos y los demás que sean necesarios se sacarán por triplicados y se mandarán al señor Madrid, todos certificados en debida forma por el cónsul inglés [10]. Además, mandarás también un tanto del proceso que hemos hecho para probar la legitimidad de nuestro derecho, y la sucesión de nuestra casa [11]. Pero todo en la más perfecta y debida forma, a fin de que esos señores no retarden el pagamento con pretextos de falta de documentos. También deseo que te presentes a un tribunal competente, con todos estos documentos para que declare formalmente que están en buena [forma] y que no queda ningún alegato que hacer, ni falta el menor requisito a los títulos de propiedad y posesión de las minas de los valles de Aroa, y por lo tanto los nuevos compradores pueden entrar en pacífica posesión de las dichas minas, sin la menor oposición legal de parte alguna. Todo esto lo exigen los compra dores, y por lo mismo es menester hacerlo en el mejor modo posible.
Ya te puedes consultar con el doctor Paúl [12], o con otro abogado para que te dirija este expediente en el mejor modo posible, para que no nos falte nada. Cuidado, pues, que por cuatro reales más o menos, o un documento más o menos, vengamos a perder tiempo o a enredar un asunto de tanta importancia.
Soy tu afectísimo hermano. Soy tuyo.
SIMÓN.
*Archivo del Libertador, vol. 169, folios 275-276. Original, escrito de mano de Fernando Bolívar. La firma y la antefirma "Soy tuyo" son autógrafas del Libertador. Escribe a su hermana María Antonia, sobre la venta de las minas de Aroa, notificada por el señor José Fernández Madrid (véase: doc. No 316).