28 de agosto de 1826.
Al Presbítero Doctor Pedro Antonio Torres.
Mi Querido Torres:
Hoy he tenido el gusto de recibir la primera carta de Vd. en que me participa su llegada al Cuzco, sus pensamientos y las buenas ideas que tiene Vd. sobre el actual estado de las cosas. El Obispo también me anuncia la llegada de él, y se muestra muy complacido de ser relevado por una persona del mérito de Vd. Por mi parte creo que Vd. hará por el bien de ese país lo que su corazón y su deber le mandan. De esto estoy muy seguro porque lo conozco a Vd. y sé de cuánto es capaz.
Yo me voy a Colombia el mes que entra: debo ir volando porque los últimos sucesos de Valencia y el general Páez tienen a aquel país al borde del precipicio, y si yo no voy pronto todo se pierde. Mi ausencia cuando más durará un año. Así puede Vd. anunciarlo a todos esos señores del Cuzco, por quienes tengo una predilección que Vd. conoce.
Soy de Vd. siempre afectísimo amigo.
BOLÍVAR.