LIMA, 26 DE AGOSTO DE 1826.
A.S.E el Vicepresidente de Colombia.
Exmo Señor.
Luego que tuve noticia de lo ocurrido en Valencia a fines de abril presagié la tendencia de aquel primer paso y desde entonces me he ocupado en contener sus progresos. Con este objeto hice marchar a mi edecán el coronel O’Leary a Venezuela, tocando en Bogotá, con despachos para el general Páez y para otras personas de influjo y respetabilidad allí. Posteriormente destiné al mismo lugar, y con el mismo fin, a otro comisionado, pues mi inquietud se aumenta cada día contemplando el funesto resultado que puede tener aquel movimiento.
En medio de la agitación en que me tiene el estado actual de Venezuela, calma un poco mi espíritu la esperanza de que mientras llego a Colombia todo permanecerá como hasta aquí, sin dar nuevos pasos que hagan después muy difícil o quizá imposible el restablecimiento de las cosas al orden debido. Me apoyo más en esta idea con la comunicación que he recibido del coronel Ibarra y del señor Urbaneja, comisionados del general Páez cerca de mí, en que me informan que, a pesar de lo ocurrido en Venezuela, no se ha alterado la tranquilidad pública, y de que el general Páez protestaba que no daría un paso adelante y que esperaría inalterablemente mi intervención.
Muy sensible me ha sido que estos comisionados que conducen las relaciones oficiales, y deben detallarme circunstanciadamente cuanto necesite saber relativo a aquel departamento, hayan regresado a Guayaquil desde la altura de Payta por un falso informe que tuvieron de que ya yo había marchado de aquí; mas, bien pronto estaré en Guayaquil y sabré de ellos cuanto deseo.
En estas circunstancias creo que no debe emplearse ninguna medida fuerte o violenta por parte del gobierno, ni ninguna otra de una naturaleza capaz de alterar el estado actual de las cosas antes de mi llegada, pues cualquiera tentativa ineficaz no haría sino empeorar o quizá hacer decisivo el carácter que han indicado los sucesos de Venezuela.
Este borrador se encontró en los papeles conservados por J. de Francisco Martín. Con fecha 25 de agosto se inserta en seguida el texto adoptado, según otro borrador, existente en la misma sección de J. de Francisco Martin.
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