LIMA 8 DE AGOSTO DE 1826.
SR. GENERAL PEDRO BRICEÑO MÉNDEZ.
Mi Querido Briceño:
El peligro que amenaza a Colombia me tiene tan inquieto que casi no pienso en otra cosa que en buscar los medios de contener el incendio que veo asomarse por todas partes. Entre otros, me ha ocurrido el mandar a Guzmán a Venezuela con el objeto de que comunique al General Páez y a todas las personas que tengan influjo el proyecto que he concebido y que Guzmán detallará a Vd. Lleva cartas para el general Páez, el general Toro, Carabaño y otros; y yo espero que Vd., bien empapado del negocio, escriba también a Venezuela y a todas partes donde Vd. pueda dirigirse con fruto. Guzmán hablará también en Cartagena a los generales Montilla y Padilla y a los demás que crea necesarios. He escrito largamente a Guayaquil a Castillo y Valdés sobre lo mismo. Me dirigiré a todas partes anunciando mi modo de pensar para que, una explosión prematura e imprudente, no nos destruya. Si logro que todas las cosas queden en el estado en que están, sin dar otros pasos que empeoren la situación, podré luego que llegue a Colombia emplear todos los esfuerzos posibles para que la república no caiga en el abismo que le preparan. Mucho me intereso con todos esos señores para que se penetren de la necesidad de conservar la mejor armonía y la más estrecha unión de las partes con el todo, para que no perdamos a la vez el crédito, la moral, el ejército y nuestra existencia.
Si se empeñan imprudentemente en desunirse del gobierno no hay que contar con nada. En el momento los extranjeros cobrarán lo que se les debe y no nos prestarán ni un maravedí más; los soldados, perdiendo el espíritu nacional, querrá cada uno irse a su país y todo será miseria, horrores y por término la nada. Escribo a Venezuela y a todas partes que se empeñen en inclinar la opinión pública a adoptar el proyecto de la constitución de Bolivia y les predico en el entretanto unión y armonía hasta mi llegada. Repito a Vd. que escriba bajo estos mismos principios a todo el mundo, para ver si siquiera el mal da espera hasta que yo llegue.
Yo tengo todo listo y empaquetado para marchar, y lo habría hecho ya si me hubieran llamado de Colombia; pero el general Santander, lejos de decirme nada malo de allá, me ha pintado siempre la situación interna de la república en el estado más brillante. Sin embargo, hoy debo recibir el correo de Bogotá que debe traerme noticias hasta el 6 de junio y entonces resolveré. Entretanto Colombia y el Perú me tienen desesperado, indeciso y lleno de agitación.
Acaba de llegar el deseado correo de Colombia con noticias hasta el 6 de junio que nada añaden a lo que sabía de Venezuela, comunicado por Cartagena. Así es que he quedado en la misma obscuridad que antes.
El General Santander tampoco tenía hasta el 6 de junio más noticias de Venezuela que las mismas que Vd. y yo sabemos, traídas a Cartagena por la fragata inglesa "La Calatea". El General Santander dice que si fuere urgente me llamará.
Soy de Vd., mi Querido Briceño, su mejor amigo.
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