Bogotá, a 6 de diciembre de 1827.
A la Señora Manuela Garaycoa.
Mi amiga: Vd. siempre se excede a sí misma en bondades para conmigo y me prodiga elogios que ellos solos bastarán para saciar la codicia del más ambicioso de gloria ¿y qué otra cosa podría yo esperar de las Garaycoas, de esas amigas fieles, de esas colombianas constantes, de esa Gloriosa sin rival? Yo les doy las gracias a todas, y séame también permitido congratularme a mí mismo, ya que de algún modo he podido restituir la paz y la tranquilidad al corazón de los guayaquileños. Un sacrificio me ha costado: el de mi reposo, ¿pero qué importa que padezca yo para que Vds. gocen? ¿que yo perezca para que viva un pueblo?
Tenga Vd., señora, la bondad de corresponder a las expresiones de toda su buena y amable familia. Dígale mil cosas a Pepe, ese Pepe tan bueno, tan patriota y de quien esperaba yo nada menos de lo que ha hecho por su país; y créame como he sido siempre su más afmo. amigo de corazón.
BOLÍVAR.
* Archivo del Libertador, vol. 46, folio 406. De copia manuscrita, de letra indeterminada. Bolívar reitera a la familia Garaycoa el testimonio de su amistad y aprecio. (Véanse: docs. Nos. 113, 115 y 202.)