Caracas, a 21 de febrero de 1827.
Al señor José Fernández Madrid.
Querido amigo: Por la copia fehaciente que acompaño de una contrata concluida con el representante de la sociedad de mineros de Bolívar [1], verá Vd. que he vendido a ésta mis minas de Aroa [2] por la suma de cuarenta mil guineas oro, pagaderas de este modo: veinte mil al contado en todo el resto de este año; diez mil, al cumplirse un año, después de la primera entrega; y las últimas diez mil, al cumplirse el segundo año después del primer pago. Contando con la amistad y los buenos oficios de Vd. igualmente que con la de los amigos Bello [3] y Michelena [4] , he hecho extender un poder para que alguno de los tres por el orden sucesivo, reciba todo el importe de las minas; y es mi deseo que, a medida que se vaya recibiendo, se invierta en obligaciones del gobierno inglés, prefiriendo, entre las que ganan tres y tres y medio o cuatro por ciento, aquéllas que puedan comprarse a mejor precio relativo; y que las inscripciones que, a virtud de esta compra, hayan de hacerse en los libros, se hagan a mi favor.
Con respecto a los réditos que produzca la suma de la venta de las minas, mi intención es que sirvan al pago de una pensión de tres mil pesos al año que he ofrecido al Abate De Pradt [5]. La demasía que resulte de los réditos, después de pagada la pensión al Abate, deseo que entre en la masa capital.
Tenga Vd. la bondad de participar esta circunstancia a este ilustre prelado, a fin de que se ponga de acuerdo con Vd. como que es mi apoderado, o con el que le suceda en este encargo, para que llegue a sus manos la dicha pensión. Como no estoy cierto de que Vds. hayan de permanecer en Londres una larga serie de años, comisionaré para después a alguna casa inglesa y desde ahora suplico a Vd. me indique cuál puede servir a este efecto.
Existiendo Vd. allí nada tengo que decir a los que eventualmente hayan de suceder a Vd. en la representación. Sin embargo, ruego a Vd. haga conocer el contenido de esta carta a mi amigo Bello, a quien saludo con la amistad y el cariño que siempre le he profesado.
Al pasar por Bogotá, tuve la satisfacción de ver a su esposa [6], que dejé buena y ansiosa de verle.
Cuente Vd. con la amistad y el corazón de su afectísimo.
BOLÍVAR.
* Reproducimos el texto dado por Miguel Luis Amunátegui en su obra “Vida de Don Andrés Bello”, Santiago de Chile, 1882, pp. 221-223, que es la fuente utilizada habitualmente para las reimpresiones que ha tenido esta carta del Libertador dirigida a José Fernández Madrid (1789-1830), quien desempeñaba el cargo de Ministro de Colombia ante la corte inglesa. (Véanse: docs. Nos. 220 y 226, notas principales).