Trujillo, diciembre 24 de 1823.
Al señor General Bartolomé Salom.
Todas las monturas que ha traído la caballería de Colombia, han sido trabajadas tan malamente que no hay bestia que no se mate desde el primer día. Esto es debido a la maldad de los perversos operarios de Quito que se emplearon en la construcción de las sillas.
S.E. el Libertador me manda prevenir a V.S. haga formar en Quito una nueva maestranza de silleros, los cuales deberán permanecer arrestados durante la construcción de 500 sillas, las cuales deberán ser de la misma fábrica y con muy buenos bastos, y de ellas se harán los necesarios experimentos a fin de que no maltraten los caballos.
Dichas 500 monturas, concluidas que sean (y que se harán con la posible brevedad) las remitirá V.S. a Huanchaco, junto con los vestuarios y demás equipos destinados al ejército de Colombia.
Dios, etc.
[JOSE D. ESPINAR]
* De un copiador del Archivo del Libertador. Sección O’Leary. Tº XXI, parte primera, Fº 232 vuelto.