Lima, 7 de abril de 1825.
Señor General Pedro Briceño Méndez.
Mí Querido Briceño:
He recibido con mucho gusto la carta de Ud. de febrero y de toda ella nada me ha sido tan agradable como saber que tal vez podría Ud. venir por acá. Sin duda que nada deseo tanto. He visto cuanto Ud. me dice sobre la renuncia que he hecho al Congreso, de la presidencia de Colombia. Nadie menos que Ud., de todos los habitantes de Colombia, debe preocuparse con respecto a mí. Ud. bien sabe que ya yo no soy necesario en Colombia, que está ahora perfectamente bien constituida y gobernada por leyes sabias y magistrados dignos de mandarla. Mi ausencia de Colombia ha hecho ver que todo podía marchar sin mí, y que mi presencia no era tan necesaria como se ha querido decir. El Vicepresidente y sus ministerios han hecho todo, y, a la verdad, que yo he estado encantado con la marcha de nuestros negocios domésticos y extranjeros. Muy poco, pues, nos queda que hacer, y ya que se ha vencido lo más difícil pronto conseguiremos lo más fácil. Después de todo, sólo nos falta el apoyo de la Inglaterra, si es que quiere ser nuestra aliada. Esta esperanza no es infundada, si recorremos la conducta noble y generosa que ha tenido para con nosotros. No crea Ud., mi querido amigo, que yo me haya sentido con el Congreso y el Vicepresidente. Lo han engañado a Ud. lo único que he creído es que el Vicepresidente ha sido generoso a mi costa; digo a mi costa, porque el desprendimiento generoso del Vicepresidente, podía tal vez perjudicarme: Ud. bien sabe que yo jamás he tenido sentimientos personales.
Ud. sabrá por el Vicepresidente, las ocurrencias de este país: ellas nos son muy favorables, y más que todo la buena disposición que muestran los estados del Sur por la realización de la asamblea de plenipotenciarios en el Istmo.
Mañana parto para el Alto Perú, para ir a buscar al general Sucre que estará llegando a Potosí. Por aquella parte no hemos tenido el más pequeño revés. Al contrario, con sólo el nombre de Ayacucho se ha libertado ese hermoso país.
El 10 de este mes me voy para Arequipa y de allí al Alto Perú. Nuestros negocios por aquella parte han marchado muy bien. El Ejército Libertador ocupa todo el Alto Perú, y el general Sucre debe estar ya en el Potosí. Las tropas de Olañeta, unas se han pasado y las otras se han dispersado. Salude a todos los amigo
Soy suyo de corazón.
[BOLÍVAR]
* De un impreso moderno: Simón Bolívar, Obras completas, tomo II, pp. 116-117. El compilador dice que tomó el texto de esta carta "del original", pero omite la información acerca de su localización.
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