Guaranda [1], 3 de julio de 1822.
Al general don José de La Mar. Mi querido general: Tengo el mayor gusto de saludar a Vd. suponiendo que habrá pasado mejor noche que la anterior; por lo menos yo lo deseo tanto que confundo mi deseo con la esperanza. Escribo como ofrecí a Vd. al gobierno de Guayaquil, por medio del edecán Indaburo, y creo que convendría que Vd. le asegurase a la junta cuáles son mis sentimientos. Yo no tengo para que decir que olvido lo pasado, porque ninguna ofensa se me ha hecho, y si muchas se me hubiesen hecho con haberlas ignorado habrían ya entrado en el olvido. Vd., que debe haberme conocido por la franqueza con que tuve el placer de conversar ayer con Vd., podría asegurarle sin aventurar la verdad que nada amo tanto como la libertad de Guayaquil, su felicidad y su reposo, todos pendientes de la suerte de Colombia. Su edecán de Vd., y su mismo sobrino, si Vd. lo permite, querría que fuesen a Guayaquil para que nos preparasen en parte los auxilios y en parte la opinión. Conducirán además un pliego para la municipalidad en respuesta a su felicitación. Mi querido general, espero que Vd. estará bueno, mucho mejor dentro de tres o cuatro días, y por supuesto yo no me iré sino con Vd., primero, porque deseo acompañarle, y segundo, porque deseo cuidarle. Soy de Vd. su afectísimo que le ama de corazón y B.S.M.
BOLÍVAR
* De un impreso moderno. "Cartas del Libertador". (Fundación Le-cuna), tomo III, pág. 245.
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