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DOCUMENTO 6716. OFICIO DE BARTOLOMÉ SALOM PARA EL CORONEL LAURENCIO SILVA, FECHADO EN PEÑOL EL 2 DE ABRIL DE 1822, EN EL CUAL LE IMPARTE INSTRUCCIONES DEL LIBERTADOR EN RELACIÓN CON EL ESCUADRÓN DE SU MANDO.*

Al Teniente Coronel Laurencio Silva [1]

S.E. el Libertador dispone que U. permanezca en este punto con su escuadrón, y observe las instrucciones siguientes:

1º Su principal cuidado será la asistencia del hospital que queda en este pueblo, el cual deberá U. colocar en la iglesia, y en caso de no ser bastante capaz, en las casas las más inmediatas.

2º Queda con los enfermos de cada cuerpo un oficial de cada batallón, el cual estará especialmente encargado de asistir a sus soldados; y U. deberá celar que cada uno de estos oficiales cumpla religiosamente con su importante encargo.

3º Los enfermos deberán comer cocido todos los días, y con este objeto se le dejan a U. todos los calderos necesarios para el efecto.

4º Todas las mujeres que vienen en el ejército deberán asistir a los enfermos y lavar su ropa, y en caso de no cumplir estas mujeres con este encargo, no les dará U. ración alguna, y por ningún caso deberá U. permitir que permanezcan en este punto.

5º No siendo posible dejar un facultativo en este hospital, queda un recetario con medicamentos, el cual hará U. que los administre a los enfermos.

6º Así como el Gobierno lo hace a U. responsable directamente de la buena asistencia de estos enfermos, también deberá U. hacer lo mismo con los oficiales que quedan en este punto, y tomará U. cuantas medidas crea necesarias para surtir este efecto.

7 El parque que viene a sus órdenes debe permanecer en este punto, en una casa inmediata a la iglesia, a fin de preservarlo de la humedad; pero como son de paja todas las casas, prohibirá U. que se haga candela en su vecindario, y los hombres que deben custodiarlo deberán hacer su comida a una larga distancia de la casa, y del lado opuesto al de donde viene el viento. Este parque debe ser custodiado por los 37 individuos de infantería que lo conducen, los cuales no solamente harán este servicio, sino el de reparar y componer todos los aperos de dicho parque; y todo esto al cargo del Subteniente Alvarez.

8º El Subteniente Ramos, que son los individuos de caballería que se hallan incorporados a dicho parque, quedara hecho cargo de de todas las bestias de éste, las que hará U. depositar en un potrero seguro y que tenga buen pasto, procurando que a mañana v tarde se curen, a fin de que se repongan lo mas pronto posible.

9º Las cien reses que están al cargo del oficial de Cazadores Montados, y las cincuenta y pico que U. reunió ayer y encerró en el corral, se depositarán igualmente en otro potreo seguro y con la gente que U. calcule suficiente, bien sean de los individuos que las conducen, o bien de los del escuadron de su mando. A este número de reses aumentará U. todas las que le sea posible coger en estos contornos, procurando hacer esta fatiga en potros, yeguas o muías, y por ningún caso deberán emplearse los caballos pues en éstos deberá U. emplear toda su eficacia, a fin de conseguir su pronto restablecimiento.

10º Procurará U. que el consumo de ganado que se haga en este punto, no sea con tanta abundancia, que la desperdicien, como U. mismo ha visto en los demás campamentos; pues en este territorio hay muchas raíces que poder acompañar con la carne.

11º Procurará U. mandar diariamente una partida en busca de algunas de éstas o plátanos, para los enfermos que sean capaces de tomarlas; y tanto ésta como cualquiera otra, que salga de los asistentes de equipajes; deberán ir armados y por lo menos en número de seis, a las cuales se les encargará no se dispersen.

12º Por ningún caso se tocará ninguna propiedad de individuo que esté en su casa, so pena de ser castigado severamente, sobre lo cual tendrá U. el mayor celo, pues sólo es permitido tomar los frutos de aquellos individuos que hayan emigrado.

13º Mandará U. una partida armada de seis u ocho individuos al cargo del oficial Carlos Ludovin, que se halla en compañía del señor Coronel Obando, al paso de Genoi, o por otro nombre del que hizo el señor General Valdés, para que desechen y compongan cuantos pasos malos haya de la otra parte del río, y al efecto se dejan a U. dos hachas, dos picos y dos palas. Concluida que sea esta operación, mandará U. diariamente una partida de reconocimiento sobre el mismo paso, para que si los enemigos han descompuesto alguna parte del camino, la compongan éstos, y para cuyo efecto deberán llevar la herramienta, y de este modo se conseguirá conservar dicho camino en estado de poderlo transitar con cargas.

14º Sin embargo de que en caso de tener que moverse con todo lo que tiene a su cargo, recibirá U. órdenes para efectuarlo; y para prever un caso en que no pueda hacérsele esta comunicación, se le previene a U. lo siguiente.

15º Si el Ejército Libertador por alguna contingencia fuere derrotado, y llegare a la noticia de U. este acontecimiento, contramarchará U. con lo que tiene a su cargo a hacer el paso del Juanambú por el de Genoi, o por otro nombre del General Valdés, en el cual se incorporarán a U. las fuerzas que vengan derrotadas por el camino recto; pero si U., al llegar a este indicado punto, no encontrase a ningún individuo del ejército, ni tuviese noticia, bien por algún hombre del país, o por el rastro de que hubiesen pasado las fuerzas, hará U. alto de la otra parte del río, tomando posición para poder hacer su defensa en caso de ser U. atacado, y enviará partidas sobre los puntos que ocupa el enemigo, a tomar alguna noticia sobre la suerte de nuestro ejército, la que en caso de haber sido funesta, seguirá U. su contramarcha, por el camino más recto, al pueblo de Mercaderes, en donde reunido con todas las fuerzas que permanecen ahí, hará U. alto hasta cerciorarse más radicalmente del acontecimiento, sin que esta operación obste a que U. adelante todos los enfermos hacia la ciudad de Popayán, con una escolta lo menos de treinta individuos y a cargo de buenos oficiales, para que las guerrillas enemigas no los haga prisioneros.

16º Tratará U., por todos los medios posibles, de salvar cuanto quede a su cargo; pero en caso de tocar U. con la imposibilidad por falta de bagajes, botará U.: 1º un zurrón que contiene hierro y cola; 2º las dos botijas de quina; 3º el hierro en barra; 4º los cajones de herraduras; 5º las dos cargas de vestuarios, procurando quemarlos, y lo demás lo deberá U. salvar de cualquier modo que sea..

En cuanto a lo que U. deberá hacer de Mercaderes para adelante, se le comunicarán órdenes desde el Cuartel General Libertador, y de resto se confía en su celo, etc., etc.

Dios etc.—Peñol, abril 2 de 1822.

BARTOLOMÉ SALOM

* De un impreso moderno. O’Lcary, "Memorias"; tomo XIX, páus232-234.

Notas

[1] . General José Laurencio Silva (1792-1873), ilustre prócer de la Independencia nacido en El Tinaco (Cojedes), ya descrito en tomos anteriores de esta colección.

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