TURBACO, 1º DE AGOSTO DE 1827
Al señor J. R. arboleda.
Mi Querido Amigo:
La fecha de esta carta le dirá a Vd. que estoy en marcha hacia Bogotá, donde espero llegar tan pronto como sea posible. Hasta el momento que supe los males que pesaban sobre el Sur, que nuestras tropas, sirviendo de instrumento a las perfidias del Perú invadían su propia patria, y que la república entera iba a ser envuelta en la guerra civil, entonces me determiné a salir de Caracas y di la proclama que Vd. ha visto. Yo no podía desatender los intereses del pueblo ni los ruegos de mis amigos, sin faltar a unos y otros.
No admitida mi renuncia, mi deber me obliga a ponerme a la cabeza de esta república, que tocaba ya en su ruina, y no podía tampoco abandonar aquellos amigos que, por sostener mi reputación, se han visto insultados y aun amenazados con la muerte. Entre éstos, Vd., mi querido Arboleda, es uno de los principales; nunca esperé menos de la nobleza de sus sentimientos, reciba Vd., pues, la expresión de mi gratitud.
Tenga Vd. la bondad de escribir a nuestros amigos de Popayán que muy pronto estaré en la capital y cerca ’de ellos. Soy de Vd. afmo. de corazón.
BOLÍVAR.
En la misma fecha Bolívar dirigió una carta igual a don Luía Baralt. Véanse las contestaciones de éste y de Arboleda. O’Leary IX, p. 211 y 567.