Cartagena, 11 de julio de 1827.
Exmo. Señor Jorge Canning.
Señor:
La gran parte que en el curso de tantos años ha cabido a V. E. en promover la grandeza del Imperio Británico y la felicidad del género humano, es la mejor prenda que puede desearse de los bienes que se seguirán a la elevación de V. E. al primer puesto en los consejos nacionales de la Gran Bretaña.
Convencido de ello, antes que felicitar a V. E. por este testimonio de la estimación universal a que V. E. es acreedor, debo congratularme por el éxito de las nobles tareas de V. E.
Este objeto y la inquietud en que por desgracia ha estado el pueblo colombiano en los últimos quince meses, me han movido a rogar al señor Alejandro Cockburn, enviado extraordinario y ministro plenipotenciario de S. M. B. a que personalmente ilustre a V. E. sobre nuestra presente situación.
Aunque felizmente se ha restablecido el orden legal en los departamentos donde se alteró primero, y aunque el pueblo en nada ha disminuido la confianza con que siempre ha oído mis consejos, es de temer todavía que el pasado trastorno sea un pretexto para nuevas maquinaciones que terminen por destruir todos los principios de bienestar y tranquilidad que empezaban a fijarse.
Ningún testimonio puede ser tan respetable para V. E. como el del señor Alejandro Cockburn, que posee la confianza del gobierno de S. M. B. y cuyo anhelo por la prosperidad de estas regiones se hacia cada momento más recomendable.
Yo le he encargado muy particularmente que encarezca a V. E. los motivos que incesantemente nos urgen a desear la paz, y estoy cierto de que en ellos nos hallamos de acuerdo con las benéficas miras de V. E.
Acepte V. E. los sentimientos de mi más distinguida consideración.
BOLÍVAR.