Caracas, 22 de mayo de 1827.
A. S. E. EL GENERAL EN JEFE RAFAEL URDANETA, ETC., ETC.
Mi querido general:
Mando a Vd. un refuerzo muy costoso pero muy necesario para la quietud de Venezuela. El batallón Reformador en cuadro de 8 oficiales y 140 soldados van a reforzar los batallones de la guarnición de Maracaibo. Si Vd. no tiene con que mantenerlos, mande una compañía a Mérida y otra a Barinas, pero que vayan bien compuestas estas compañías, de modo que no se puedan levantar contra el gobierno en ningún caso. Yo deseo que cada batallón tome la oficialidad y la tropa por mitad, diseminando en cada compañía la parte que le corresponda, de modo que no pueda influir en la masa general. En todo caso, licencie Vd. algunos viejos cansados, inválidos, o gente inútil de los mismos batallones para que la guarnición no se aumente más de lo que puede mantener. Yo espero que la alcabala ayude a Vd. mucho, como nos está ayudando aquí a todos. Su producto da para mantener la guarnición, que no es pequeña. En calidad de venezolanos, estos individuos son útiles para en cualquier caso que ocurra por esa parte con respecto a negocios intestinos. No digo a Vd. nada de lo que pienso porque estoy pendiente de la resolución del congreso; entonces veremos. Recomiendo a Vd. al coronel Vargas, el que puede traer todos los hombres que quedaron allá de su cuerpo para Cumaná. El impondrá a Vd. de todo lo que sepa con exactitud sobre estos individuos. El coronel va a buscar a esos señores y espero que Vd. le prestará toda la protección de su autoridad.
Soy de Vd. de corazón.
BOLÍVAR.
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