Caracas, 16 de marzo de 1827.
AL SEÑOR GENERAL CARLOS SOUBLETTE
Mi querido Soublette:
Tengo a la vista dos cartas, a cual más pequeñas, de Vd., que, lejos de informarme del estado de las cosas en esa capital, me han confundido en un caos de dudas y conjeturas, y he llegado a imaginar que Vd. teme exponer sus opiniones, sus ideas y sus observaciones. A la verdad, no sé por qué pueda suceder así y ojalá que me engañe. Así, mi querido general, escríbame Vd., dígame lo que crea que debo saber para no errar en mis conjeturas ni ignorar lo que pasa por esos mundos. Las circunstancias actuales son bien difíciles y, por lo mismo, también es difícil acertar, pues, divididas las opiniones como lo están, no se puede contentar a todos. Yo supongo que mi entrada en esta ciudad le habrá sido a Vd. muy agradable, y que el restablecimiento del orden en Venezuela habrá apagado en algún tanto las animosidades que se descubrían en algunos de los papeles públicos de esa capital. Yo he ahogado la guerra civil sin hacer la guerra, y he reintegrado la obediencia a las leyes sin emplear la fuerza y sin arruinar las fortunas. Usando de las facultades que me concedía la misma constitución y que dividí con el Vicepresidente, he dictado cuantas medidas he creído oportunas para salvar a Venezuela, a Colombia entera de la anarquía que la iba a devorar; y, a pesar de todo esto, se cree que no he obrado bien. Aunque Vd. nada me dice sobre la reunión del congreso, sé que debía instalarse en todo el mes que expiró. Aguardando, pues, sus disposiciones con respecto a las medidas que deben adoptarse para fijar definitivamente la suerte de Colombia, que, a la verdad, vacila, no he querido dar un paso adelante, dejando que el congreso decrete lo que le aconseje su sabiduría, pues seria monstruoso que este cuerpo determinase una cosa y yo otra. Esta es mi actual posición y, por cierto, que no es agradable, porque más vale sufrir que estar en la incertidumbre. Sin embargo, no por eso he descuidado a Venezuela y trabajo incesantemente por mejorar sus rentas, disminuir sus gastos, moralizar sus opiniones y refundir los partidos que la dividen. Esta obra es ciertamente difícil, pero al fin hago lo que puedo. Nada sabemos de Europa. Expresiones a la familia y créame suyo de todo corazón.
BOLÍVAR.
P. D.—Ya no pudiendo soportar más la pérfida ingratitud de Santander, le he escrito hoy que no me escriba más porque no quiero responderle ni darle el título de amigo. Sepa Vd. esto para que lo diga a quien corresponda. Los impresos de Bogotá tiran contra mí, mientras yo mando a callar los que tiran contra Santander. ¡Ingrato mil veces!!!! Nota de letra de Soublette: contestarla el 30 de abril por el teniente Enrique. Otra carta fue el 20 de mayo por el capitán. Rodríguez. Otra el 30 de mayo por el capitán Gregg. Es copia exacta del origina] que hemos tenido a la vista. La postdata es de puño y letra del Libertador.—Caracas, 22 de enero de 1875. Is. J. Pardo. Modesto Urbaneja.
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