Caracas, 5 de marzo de 1827.
AL SEÑOR CORONEL TOMÁS CIPRIANO DE MOSQUERA.
Mi Querido Mosquera:
Santana me ha leído las dos cartas de Vd. del 11 de diciembre, y me ha presentado dos solicitudes de Vd. que he mandado guardar. Yo no quiero que Vd. se separe de su destino, y mucho menos en estas circunstancias. En el momento sería Vd. reemplazado por otro que no tuviera ni sus sentimientos ni sus luces. Tenga Vd. paciencia como la tenemos todos y trabaje en bien de la patria. El orden y la tranquilidad deben ser sus guías.
Por el correo de antes de ayer he recibido comunicaciones de Bogotá, donde se había ya recibido la noticia del desenlace de los negocios de Venezuela el 2 de enero, mi decreto y proclama de Puerto Cabello. Según dicen este suceso ha producido buen efecto. Asegúrase que se reunía el congreso. Yo no sé lo que hará porque es difícil penetrar lo que muchos piensan. ¡Dios dirija sus aciertos para que no vengamos a caer en nuevos brolles!
Salude Vd. a todos los amigos y créame suyo de corazón.
BOLÍVAR.