Bogotá, a 20 de Noviembre de 1827.
AL SEÑOR CORONEL TOMÁS C. MOSQUERA.
Mi Querido Mosquera:
Con mucho gusto he leído la apreciable carta de Vd. del 23 de octubre, que recibí por el correo de ayer y que contesto inmediatamente.
Celebro infinito que haya llegado a esa ciudad el batallón Paya felizmente y que Vd. lo haya activado y atendido con bondad: recomiendo a Va. la moralidad y disciplina de ese cuerpo, interesándose en que se conserve íntegro y en que se mantenga bajo el mejor pie de organización. Procure Vd. que se le pague mensualmente para que no haya motivos de disgusto ni desorden. Mucho me alegro que el señor Obispo se muestre tan mi amigo y se haya desengañado como Vd. dice; hágale Vd. mil cumplimientos de mi parte. También me alegro mucho que mi equipaje esté en camino: antes hablé a Vd. sobre esto mismo, porque a la verdad me hace falta.
Aprecio infinito los sentimientos que Vd. me ofrece de parte de su buen papá: correspóndaselos Vd. muy cordialmente, lo mismo que a Joaquín y al señor Arboleda, cuya indisposición me ha sido muy sensible: espero que en el seno de su familia y rodeado de sus amigos se habrá mejorado. Estoy con mucho cuidado por esa ciudad desde que sentí el terremoto: ojalá que no la haya dañado ni hayan padecido los buenos amigos que tengo en ella. Ha llegado el correo de Venezuela y no ha traído novedad que sea de cuidado.
De Morales y su expedición nada se dice, y aun se añade que no vendrá, y así del mal el menos.
Soy de Vd. mi querido coronel, afectísimo
BOLÍVAR.
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