Ciudadano Coronel José Félix Ribas.
Inmediatamente que reciba V.S. esta orden tratará de ponerse en marcha con todos los soldados que hayan quedado dispersos o retardados en ese Cuartel y los inmediatos, y con las municiones de fusilería que no hayan venido todavía, o se hallen detenidas por el tránsito.
Espero que V.S. tomará las medidas más convenientes para arreglar las marchas con tal orden, que ni las tropas, ni los bagajes, queden dispersos, y sin una seguridad capaz de inspirarnos la confianza de que vengan prontamente y sin peligro.
En cuanto al parque de artillería, dará V.S. las disposiciones para que parta sin dilación alguna, luego que lleguen las caballerías; pero los fusiles sobrantes y principalmente los de Cundinamarca vendrán por delante para que no se descompongan o extravíen, y en cuanto a las bestias que se encuentren en el camino, se servirá remitirlas a San José [1] para que vuelvan a traer los pertrechos que allí quedaren.
Dios guarde a V.E. muchos años.
Cuartel General de Mérida, mayo 25 de 1813- 3°.
SIMÓN BOLÍVAR.
*De un impreso moderno. O’Leary, Memorias, XIII, p. 241-242, da el texto que dice: "Tomado del Libro de Ordenes". La Comisión Editora no ha podido examinar el original. Sobre el destinatario, quien había quedado en San José de Cúcuta al mando de la retaguardia, véase la nota 3 del doc. N° 127.
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