Al Excmo. señor Presidente de la Unión. Excmo. señor:
Ayer he tenido la satisfacción de entrar a esta ciudad, Capital de la Provincia de Mérida, donde se hallaban ya la vanguardia, centro y retaguardia del ejército.
De tránsito en Bailadores creí conveniente publicar la proclama [1] que en copia tengo el honor de incluir a V. E., para ver si de este modo se consigue el que los que emigraron con Correa [2] y los que se escondieron en los montes se restituyan a sus casas, a vista de la bondadosa generosidad con que les ofrezco serán tratados, con tal que desistan del error en que incurrieron. La escasez de caballerías ha detenido en La Grita la reserva, que deberá llegar mañana o pasado mañana, pues en el camino he hallado las muías que este Gobernador [3] dirigía hacia allí para que se moviese.
La misma detención ha padecido el parque de artillería que dejé en San José [4]; pero creo que pronto se pondrá en marcha, y lo espero dentro de muy pocos días con el Coronel Ribas [5], a quien dejé allí para que activase la salida.
Mañana saldrá la descubierta, y el día después la vanguardia hacia Betijoque, [6] adonde se ha atrincherado Correa con 200 hombres, creo que con ánimo de embarcarse por la Laguna [7], si es otra vez derrotado.
Luego que hayamos tomado o expulsado enteramente al enemigo, pasaré mi Cuartel general a la ciudad de Trujillo [8], con el objeto de atacar el pueblo de Carache [9] en donde, según dicen, hay 200 ó 300 hombres de sus cercanías, armados por los españoles.
Por la parte de Barinas [10] tenemos un destacamento avanzado de 80 hombres en el lugar de las Piedras, a la entrada de los Callejones [11], posición muy ventajosa que de esta ciudad mandaron a ocupar antes de nuestra llegada, para [im]pedir [12] cualquiera incursión que el enemigo quisiese hacer; el cual se halla a cuatro días de distancia de nuestra avanzada, en número de 100 hombres, aunque no todos con fusil.
Yo creo que las tropas españolas que ocupan la Provincia de Barinas, bien pronto serán desalojadas, ya por el efecto de los movimientos de Casanare [13] y Briceño, [14] o ya por los nuestros, que ellos pueden temer sean dirigidos a cortarles la retirada por Guanare [15] o Boconó [16] De todos modos, es muy conveniente que enviemos un destacamento de 200 hombres hacia la capital de Barinas a protegerla, para que no sea aniquilada por los enemigos, o por las tropas de Briceño, y a sacar algunos caudales de aquella Provincia para la subsistencia del ejército, que bien los necesita, pues es imposible que entre Mérida y Trujillo puedan alimentarlo ni dos meses siquiera, porque se hallan tan aniquiladas que a pesar del sublime patriotismo que anima a los habitantes de este Estado, y a pesar de los inauditos esfuerzos que hacen por socorrernos con dinero, apenas lograremos algunos miles de pesos, sin esperanza de obtener más auxilios para lo futuro.
El ejército está muy bien animado y animoso de marchar rápidamente hacia Caracas, tanto porque desea ir a libertar a sus hermanos, como porque ve que es más fácil de lo que se pensaba destruir a los opresores de Venezuela. Por todas las noticias que nos vienen de Valencia, Puerto Cabello y ciudades del interior, estamos informados del estado de debilidad en que se halla el enemigo, de la fuerza que ha tomado el espíritu público entre los patriotas por consecuencia de las operaciones de Cumaná y de nuestro ejército; todos unánimemente nos pintan esta campaña muy fácil, y todos nos dicen que este es el momento de obrar rápidamente para aprovechar tan bella oportunidad, la cual se perderá quizá para siempre si dejamos reforzar a los enemigos con tropas españolas que les deben venir por momentos; por lo menos, cuando expira la España que será muy pronto.
Por la declaración del ciudadano Francisco Ponce [17], que hace doce días llegó a Valencia [18] en compañía de los ciudadanos Ignacio y Francisco Picón [19] y el ciudadano José Jugo [20] se impondrá V. E. de la verdadera situación de aquel país. Debemos dar crédito a este sujeto, porque es un ciudadano rico de aquí, honrado y muy buen patriota, y además es español. La relación que hace Ponce está confirmada por sus compañeros de viaje, y principalmente por Jugo que es hijo de Caracas y un excelente militar que ha servido junto conmigo en las campañas de Venezuela, y conozco ser hombre fidedigno.
Todo lo que yo deseo por ahora es que V. E. se digne facultarme para obrar según las circunstancias, porque de otro modo es imposible que obtengamos ventaja alguna, hallándome con las manos ligadas delante de un enemigo que se conduce según le conviene, sin consultar más que su interés y salud. Yo encarezco esta súplica, porque conceptúo de absoluta necesidad la orden que solicito de V.E., sin la cual lo perderemos todo quizá.
Dios guarde etc.
Cuartel General de Mérida, mayo 24 de 1813.
[SIMON BOLIVAR].
[Al pie del documento, consta:] Igual a ésta se pasó una al Gobierno de Cartagena.
* Archivo del Libertador, correspondencia oficial, folios 37v-39- Del Copiador, de letra no identificada. El destinatario era el procer Camilo Torres, cuyo gobierno tenía su sede en Tunja.