Excmo. señor Presidente, Encargado del Supremo Poder Ejecutivo de la Unión.
Excmo. señor:
Ayer hice convocar en Asamblea general al Gobierno, Municipalidad y notables de esta capital, a quienes, en cumplimiento de lo dispuesto por el Soberano Congreso, manifesté las miras que trae el ejército de mi mando, como lo verá V.E. por el siguiente discurso: [1]]
"Magistrados y notables del Estado de Trujillo:
"Vuestras calamidades han sido tan crueles y conocidas, que penetrado el Congreso de la Nueva Granada del justo dolor que el cuadro de vuestros infortunios debe excitar en todo corazón americano, ha tomado a su cargo el glorioso empeño de socorrer a nuestra afligida patria, y ha enviado su ejército a libertaros de los verdugos que con tanta ignominia os tenían subyugados. Las huestes de la Nueva Granada han llenado ya para con vosotros los objetos de su misión, precipitando los soldados de Correa [2]] en el lago de Maracaibo, y haciendo desaparecer a los rebeldes de Carache que antes pillaron esta ciudad, después de haberla vendido al Gobierno español.
"Apenas vuestros libertadores entraron en la capital, cuando se restableció vuestro antiguo Gobierno provincial y nombrasteis vuestro digno Gobernador del Estado, para que os rigiese en la ausencia de los que habíais constituido en el tiempo que existiais pacíficamente bajo la protección de vuestras instituciones políticas.
"Nosotros, pues, hemos llenado plenamente las benéficas miras que se ha propuesto la Soberana Representación del pueblo granadino, cuyos designios son destruir a los tiranos y restablecer en su antiguo esplendor a la República de Venezuela, como lo veréis por las instrucciones que he recibido del Supremo Poder Ejecutivo de la Unión, que tengo el honor de presentaros; y como elocuentemente os lo dice en su proclama el Excmo. señor Presidente de la Nueva Granada [3]] en que os invita a esforzaros por la consecución de la libertad, y os explica las generosas intenciones del Congreso, que son tan sublimes, que pueden llamarse únicas en los fastos de la historia; porque a la verdad, jamás se ha visto que una nación, por sólo el amor a la justicia, envíe sus ejércitos a libertar a sus vecinos, sin otro interés que el de la gloria, y sin otros estímulos que los de la humanidad.
"La vanguardia del ejército del Norte parte hoy mismo de esta capital, después de haberos puesto en posesión de vuestros sagrados derechos y dejándoos la paz, que es la única conquista de nuestras victorias. Los guerreros valerosos que marchan a cubrirse de nuevos laureles en las Provincias todavía cautivas, os expresan, por mi órgano, los sentimientos fraternales que los han conducido a Venezuela, y os aseguran su protección, con la cual podéis contar con la libertad de vuestra resucitada República".
El Presidente del Estado [4]] respondió de este modo: [5]]
"Señor General: La asolada Provincia de Trujillo que las armas benéficas de la Nueva Granada han restituido a su antiguo rango de Estado Soberano, no encuentra expresiones bastantes para explicar el júbilo que siente al verse redimida de la tiranía feroz con que la abrumaba el gobierno español. Y nuestra gratitud al Soberano Congreso de la Nueva Granada es superior a toda exageración. Sí, señor General, la infeliz Trujillo se ve agobiada con el inmenso peso del reconocimiento que le inspira la magnánima conducta del Gobierno granadino, cuya liberalidad será consignada en las páginas de la historia con caracteres indelebles.
"Nosotros, a nombre de todos nuestros conciudadanos, presentamos a VS. y al Ejército Libertador nuestros más sinceros homenajes de amistad, consideración y gratitud, suplicándole se digne trasmitir al Soberano Congreso [6]] de la Unión, los votos del pueblo que representamos, y a cuyo nombre le ofrecemos nuestros servicios, nuestras vidas, y los bienes que la fortuna nos ha concedido. Todos nuestros sacrificios por la Patria serán nada en comparación de los que nuestros redentores han hecho, están haciendo y harán por las víctimas de Venezuela".
En seguida el Presbítero José Antonio Rendón [7]], a nombre del clero, pronunció un discurso lleno de fervor y de elocuencia, diseñando un cuadro espantoso de las persecuciones y martirios que el Gobierno intruso hizo sufrir a los Ministros del Altar, sepultándolos vivos en las bóvedas y en los pontones [8]], cargados de grillos y cadenas, en la desnudez más absoluta y en medio de las inmundicias. Vejados, encarnecidos como los seres más viles, por el solo delito de ser unos virtuosos americanos que profesaban la religión, amaban la libertad que el cielo nos ha dado y predicaban la justicia.
Yo respondí al orador de la Iglesia: que el Estado de Trujillo, sostenido por la virtud de sus Pastores y por el valor de sus ciudadanos, debería ocupar algún día un eminente rango entre las naciones libres de la América; y felicité al Presbítero Rendón por la gloria que refluye sobre la justa causa de la Independencia, teniendo por Apóstoles de sus principios al patriótico clero de esta capital, que se distingue por sus talentos [9]] republicanos, no menos que por la severidad de sus costumbres y virtudes místicas.
Luego se disolvió la Asamblea entre los vivas y aclamaciones.
Lo que tengo el honor de participar a V. E. para su satisfacción. Dios guarde a V. E. muchos años.
Cuartel General de Trujillo, 25 de junio de 1813. 3°
E. S.
SIMÓN BOLÍVAR.
[Al margen dice:]
Tunja, julio 17 de 1813. — Al Congreso para su conocimiento y satisfacción, (rúbrica). — Cuevas (rúbrica) [10]]
Tunja, 19 de julio de 1813. El Congreso recibe con aprecio los sentimientos del pueblo de Trujillo, cuyos votos, como también de los demás de Venezuela, ha prevenido, y se esforzaría más si fuese posible a llenarlos en vista de su grata cooperación. Por el Congreso. Camacho. Vicepresidente, (rúbrica). — Dávila (rúbrica). — C. Valenzuela. Secretario (rúbrica).
* Archivo del Libertador, correspondencia oficial, folios 189-190. Del original. La antefirma, firma y rúbrica son autógrafas de Bolívar. El resto del documento es de letra no identificada. En el libro copiador, Archivo del Libertador, correspondencia oficial, folios 46v-47, consta una copia, con algunas diferencias que señalamos en las notas: no transcribe el texto del discurso de Bolívar, en lugar del cual pone entre paréntesis : "aquí el discurso del 24 del corriente". Sobre el destinatario, Camilo Torres, véase la nota principal del doc. N° 116.