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DOCUMENTO 528 PARTE DE LA CAMPAÑA FECHADO EN EL CUARTEL GENERAL DE LA APARICIÓN DE LA CORTEZA, EL 6 DE DICIEM­BRE DE 1813, CON UNA ALOCUCIÓN DEL LIBERTADOR AL BATALLÓN VENCEDOR DE ARAURE.*

Boletín del Ejército Libertador de Venezuela. N° 26.

Se vio en el mes pasado al General en Jefe marchar al Occidente, y ponerse a la cabeza de nuestro ejército, luego que las tropas españolas mandadas por Ceballos deshicieron en Sobare y Yaritagua algunos de sus destacamentos.

Se esperó entonces con fundamento reparar las pérdidas ante­riores, y con su Estado Mayor fue a atacar al enemigo en Barquisimeto satisfecho de la victoria. En esta ocasión en que se creía asegurada más que nunca por la superioridad del número, por el valor y pericia de los Jefes, se malogró con bastante pérdida nues­tra, y el público está instruido de que el solo toque de retirada ejecutado sin orden por un tambor, puso en un trastorno irreparable nuestra infantería, sin ser bastante a remediarlo los esfuerzos extra­ordinarios del General en Jefe y demás valerosos oficiales.

De las reliquias que se salvaron se formó en San Carlos un nuevo Batallón. El General en Jefe, a quien había indignado hasta el extremo la inexcusable conducta de la infantería, le dio el título de Batallón sin Nombre, y no le permitió llevar banderas hasta que cobrase uno y otro en el campo. Consternado imponderable­mente por este tratamiento degradante, el Batallón sin Nombre se propuso a toda costa ganar uno y tomar las banderas al enemigo.

En la batalla de Araure él componía el centro. Aún no había ocho minutos que había rompido sus fuegos sobre el enemigo, cuando ya le había tomado algunas banderas, arrojándose con un denuedo terrible sobre su triple línea de formidable artillería, in­fantería y caballería. El General en Jefe que le veía obrar estos prodigios de bravura le concedió el nombre de Vencedor de Araure, y hoy le ha hecho el presente de una bandera en recompensa de las que arrancó a viva fuerza a los Batallones españoles, diciéndoles:

"Soldados: Vuestro valor ha ganado ayer en el campo de batalla un nombre para vuestro cuerpo, y aun en medio del fuego, cuando os vi triunfar, le proclamé el Batallón Vencedor de Araure. Habéis quitado al enemigo banderas que un momento fueron victoriosas; se ha ganado la famosa llamada invencible de Numancia. Llevad soldados esta bandera de la República. Yo estoy seguro que la seguiréis siempre con gloria".

El Batallón Vencedor de Araure recibió la bandera del Libertador con transportes de gozo, y prorrumpió en vivas y aclamaciones.

Es cierto que no puede sin agravio de las demás valerosas tropas particularizarse al Batallón Vencedor de Araure; pues en esta jor­nada gloriosa todas se esforzaron por superarse unas a otras. Los Dragones de Caracas en número de sesenta a ochenta atacaron a todo galope a más de mil caballos enemigos, que venían a cortar­nos, y el General le concedió también el título de Soberbio Escua­drón de Dragones. Finalmente, en esta acción memorable, en que la victoria más señalada coronó el valor más impertérrito, todos los soldados, jefes y oficiales se han hecho dignos de la admiración universal. La impaciencia de la infantería por ir a la bayoneta sobre las filas enemigas, sin perturbarla diez bocas de fuego, que vomita­ban la muerte; o el destrozo, la rapidez con que llegó a las manos con los españoles; y el espanto que infundió en todo su ejército con su heroico denuedo, no hay encarecimiento que pueda bastante­mente elogiarlo. Tropas veteranas acostumbradas a ceñirse siempre con los laureles de la victoria, no hubieran obrado con el valor, la rapidez y la pericia, que las vencedoras de Ceballos y Yáñez, dos jefes hasta entonces afortunados en sus empresas. El Escuadrón de Ospino es uno también de los que deben recomendarse muy par­ticularmente.

Las atrevidas operaciones de los Coroneles Villapol [1] y Palacio [2] y del Capitán de Soberbios Dragones Salcedo [3] han hecho al General en Jefe condecorarlos con la venera de honor de los libertadores de Venezuela. Estos valerosos oficiales van a distinguirse con nuevos sucesos; pues el Coronel Palacio con la División del centro persigue a los enemigos en la Provincia de Barinas; el esforzado Coman­dante Elías [4] con la División de la izquierda va a cortarlos por Tocuyo; y la más poderosa de todas las Divisiones al mando del Coronel Villapol ataca a Barquisimeto, San Felipe, y todos aquellos distritos que estaban oprimidos.

Cuartel General de la Aparición de la Corteza, 6 de diciembre de 1813, tercero y primero.

Por el Mayor General.

TOMAS MONTILLA.

Secretario de Guerra.

* Archivo del Libertador, correspondencia oficial, fol. 13. De un impreso de época coetánea. Se publicó en hoja suelta, por las mismas fechas en que está datado el documento, por la Imprenta del Gobierno en Valencia. Se in­sertó asimismo en la Gazeta de Caracas, N° XXV, correspondiente al día lunes 20 de diciembre de 1813.

Notas

[1] Manuel Villapol. Véase la nota 1 del doc. N° 329.

[2] Sic. Se trata de Florencio Palacios. Véase la nota 4 del doc. N° 527.

[3] Mateo Salcedo, oficial patriota de distinguida actuación, natural de Barquisimeto. Murió, siendo Coronel, en la sorpresa del Rincón de los Toros, el 17 de abril de 1818, hallándose junto al Libertador.

[4] Vicente Campo Elías. Véase la nota 6 del doc. N° 192, en la correspondencia oficial.

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