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DOCUMENTO 527 PARTE DE LA CAMPAÑA QUE CULMINO EN LA BATA­LLA DE ARAURE, FECHADA EN EL CUARTEL GENERAL DE LA APARICIÓN DE LA CORTEZA EL 5 DE DICIEMBRE DE 1813.*

Boletín del Ejército Libertador de Venezuela. N° 25.

Ocupada la ciudad de Barquisimeto [1] por las tropas españolas, fue atacada el 10 del pasado por nuestra División de Occidente, que aunque era suficiente para, reconquistarla, no lo verificó por el acci­dente extraordinario y funesto de haber tocado retirada un tambor en el acto de decidirse la acción por nosotros, sin que ningún Jefe lo hubiese ordenado, lo que produjo un trastorno tal en nuestra línea, que fue imposible volverla a formar, a tiempo que nuestra caballería derrotó completamente la enemiga y penetró hasta la plaza de la Paz; mas inútilmente porque la retirada de nuestra infantería le obligó a seguirla.

El General en Jefe ordenó la reunión de varios cuerpos, y la ciudad de San Carlos [2] fue destinada para la asamblea. Reunidas nuestras fuerzas marchó el ejército el 30 del pasado y 1° del co­rriente con dirección a Barquisimeto, en cuatro Divisiones al mando de los Jefes Coroneles Villapol [3] y Palacio [4], Teniente Coronel Cam­po Elías [5] y Mayor Manrique [6].

El día 2 dispersó la descubierta de Valerosos Cazadores a las avanzadas enemigas situadas en el paso principal del río Cojedes [7], y en las alturas de la montaña del Altar [8]; por nuestra parte sólo hubo un caballo herido, y los contrarios tuvieron varios muertos, dejaron en nuestro poder algunos fusiles y municiones y muchos víveres abandonando los puestos que ocupaban. Los Cazadores per­noctaron en el Altar, y el resto del ejército en el paso de Cojede, Caramacate [9], y Onoto [10]; el Cuartel General se situó en Caramacate.

El 3 habiéndose sabido, por varios prisioneros, que las tropas de Ceballos [11] y su tren de artillería habían pasado a reunirse con el ejército de Yáñez [12] en Araure [13], dispuso el General en Jefe que retrocediesen los cuerpos que había en el Altar y Cojede, e hizo marchar todo el ejército al pueblo de Agua Blanca [14], donde per­maneció aquella noche sin novedad.

El día 4 marcharon las Divisiones a Araure, y camparon a las cinco de la tarde a un cuarto de legua de la Villa frente al ejército español que ocupaba las alturas detrás de la población. Por la noche nada ocurrió.

El 5 se puso en movimiento el ejército. La vanguardia com­puesta del Batallón de Valerosos Cazadores y dos escuadrones, ocupó la altura de la derecha; el centro, retaguardia y reserva entraron en Araure, donde supimos que el enemigo en número de más de tres mil y quinientos hombres con diez piezas de artillería, se hallaba situado en las inmediaciones; su posición era en la entra­da de la montaña del río Acarigua [15]; apoyadas sus alas en dos bosques, y cubierto el frente por un lago que impedía el ataque de nuestra infantería por aquella parte; su espalda estaba guarne­cida de bosques por los costados, que ocultaban sus fuerzas, y protegían su retirada.

Nuestra descubierta que temerariamente empeñó la acción con todo el ejército español, fue auxiliada por el Batallón de Valerosos Cazadores, que de improviso se halló flanqueado y cortado por mil hombres de caballería, sufriendo además el fuego de la arti­llería e infantería enemiga; su excesiva intrepidez le hizo perecer, pero de un modo que hará siempre el más alto honor a este cuerpo, que se había adquirido el glorioso renombre de Valeroso. El Bata­llón entero quedó en el campo, y apenas se salvaron algunos ofi­ciales. Murieron los ciudadanos Capitán Ramón Freytes, Tenientes Venancio Buroz [16] y José Blanco, Subtenientes Isidro Pérez, Manuel Almeyda, Fernando Perera, y José Párraga, Ayudante Fortunato Rodríguez, los dos abanderados y todos los oficiales de Barinas.

Entre tanto nuestras Divisiones se acercaron, y la línea de ba­talla se formó. El Coronel Villapol se colocó a la derecha; el Coronel Palacios en el centro, y el Batallón de Barlovento a las órdenes del ciudadano Campo de Elías, cerró la línea de infantería por la izquierda. La caballería de Barinas al mando del Coronel Briceño [17], y la de Caracas al del Capitán Ortiz [18] cubrían nuestra ala derecha, y los Escuadrones de San Carlos y Calabozo, bajo las órdenes del Teniente Coronel Landaeta [19] estaban a la izquierda; los Dragones de Caracas, y la caballería de Ospino componían la reserva. Nuestra infantería sufriendo impávidamente repetidas des­cargas de artillería rompió el fuego y atacó la línea enemiga con una intrepidez y orden sin ejemplo en la historia de nuestras guerras. El enemigo al vernos atacar a la bayoneta hizo marchar su caballería por nuestra derecha con intento de distraernos, o desordenarnos; pero habiendo cargado nuestra reserva rápidamente sobre ella, le dispersó y persiguió, lo que decidió la victoria, porque entonces nues­tros infantes se esforzaron de nuevo, y rompiendo la línea enemiga la pusieron en un desorden espantoso y absoluto.

La División del Coronel Villapol que fue destinada a recorrer el campo de batalla, que quedó cubierto de cadáveres, artillería, pertrechos, cajas de guerra, dinero, etc., etc., etc., recogió diez caño­nes de bronce y fierro de diferentes calibres, diez y nueve cargas de pertrechos para su servicio, treinta mil cartuchos de fusil, seis sacos de plata, varias cargas de acero, lanzas y víveres, cuarenta cajas de guerra, más de mil fusiles, cerca de quinientas cartucheras, cuatro banderas, entre ellas la del Batallón nombrado de Numancia, y más de trescientos prisioneros.

El General en Jefe, al frente de la vanguardia, persiguió veloz­mente a los Comandantes Ceballos y Yáñez hasta este lugar distante seis leguas del campo de Araure sin lograr alcanzarlos por la pre­cipitación de su fuga. La derrota de los españoles fue tal cual debía ser; sus más aguerridas tropas fueron completamente destruidas; nada han salvado, y lo que no hemos tomado queda oculto y abandonado en los bosques.

Los Soldados de la República se han llenado de una gloria in­mortal en esta memorable jornada en que el más grande ejército que jamás ha combatido contra Venezuela, ha sido vencido, o por mejor decir, exterminado sin que haya escapado más que un corto número de dispersos con su Comandante Ceballos, cuya custodia apenas alcanza a veinte hombres despavoridos y errando sin di­rección alguna. Así han desaparecido las esperanzas de la España, que fijaba su confianza en las Divisiones de Ceballos y de Yáñez, que hasta este día habían obtenido los más extraordinarios sucesos.

Los Batallones de Caracas, Barlovento, La Guaira y Valencia se han distinguido heroicamente, habiendo combatido con tal denuedo y pericia militar, que bien pueden ser comparados con las más aguerridas tropas Europeas, son dignos de iguales elogios el Soberbio Escuadrón de Dragones de Caracas, y el de Ospino, que solos recha­zaron la caballería española, y tomaron al enemigo en medio del fuego tres piezas de artillería.

Es justo tributar los mayores aplausos a los valerosos que tuvie­ron la fortuna de ser heridos en el campo, cuyos nombres reco­mendables son los del Comandante de caballería de San Carlos, Teodoro Figueredo [20], Capitán Pedro Chipia, Capitán de Cazadores Miguel Monagas, Teniente Encinoso [21], y Subtenientes Pedro Buroz [22] y N. Espinoza [23], de Dragones.

El General Urdaneta [24] que mandaba toda la infantería, el Co­mandante Elías y los Coroneles Palacios, Villapol y Rivas Dávila [25] han tenido en este día memorable una conducta muy distinguida, mostrando a la noble oficialidad y tropas que tienen el honor de mandar, que son dignos de titularse Jefes de los Libertadores de la República, que con su valor acaban de salvar para siempre.

Cuartel General de la Aparición de la Corteza, diciembre 5 de 1813, tercero y primero.

Por el Mayor General del ejército.

TOMAS MONTILLA.

Secretario de Guerra.

* De un impreso de época coetánea. Se publicó en forma de hoja suelta, en tres páginas, por la imprenta del Gobierno en Valencia. Se conserva un ejemplar en el Archivo del Libertador, correspondencia oficial, folios 10-11. Se publicó asimismo en la Gazeta de Caracas, N° XXIV, correspondiente al día jueves 16 de diciembre de 1813. Sobre el firmante, Tomás Montilla, véase la nota 10 del doc. N° 97, en la correspondencia oficial. El lugar donde aparece datado el parte está a unos 25 Kms. en línea recta al sur-oeste de Araure.

Notas

[1] Actual capital del Estado Lara.

[2] Hoy capital del Estado Cojedes.

[3] Manuel Villapol. Véanse la nota 1 del doc. N° 329, y nota 4 del doc. N° 510.

[4] Sic. Se trata del entonces Coronel, Florencio Palacios Plaza, nacido en Caracas hacia 1783. Tuvo distinguida participación en las campañas de 1813 a 1815, hasta recaer en él el mando del Ejército acampado ante Cartagena cuando el Libertador se retiró a Jamaica en mayo de 1815. Palacios, ya General, murió ahogado en Haití en 1816.

[5] Vicente Campo Elías. Véase la nota 6 del doc. N° 192, en la correspondencia oficial.

[6] El más tarde General Manuel Manrique. Véase la nota 3 del doc. N° 322 y nota 9 del doc. N° 419.

[7] Véase la nota 1 del doc. N° 525.

[8] Elevación al oeste del río Barquisimeto, en el actual Estado Lara. Existe hoy un caserío de ese nombre.

[9] Véase la nota principal del doc. N° 499.

[10] San Rafael de Onoto, población del actual Estado Portuguesa, al oeste del río Cojedes.

[11] José Ceballos, jefe realista.

[12] José Yáñez o Yanes. Véase la nota 20 del doc. N° 299, en la correspondencia oficial.

[13] Véase la nota 2 del doc. N° 244, en la correspondencia oficial.

[14] Población del actual Estado Portuguesa, a medio camino aproxi­madamente entre el río Cojedes y la Villa de Araure.

[15] Río situado al oeste de las poblaciones de Araure y Acarigua.

[16] Miembro de la ilustre familia de los Buroz, había nacido en Ca­racas en 1794. Murió, como consta en el texto, en la acción de Araure el 5 de diciembre de 1813.

[17] Coronel Pedro Briceño Pumar. Véase la nota 3 del doc. N° 255, en la correspondencia oficial.

[18] Hubo varios oficiales de ese apellido. Tal vez se trata de José Hilario Ortiz.

[19] Son también varios los oficiales de ese apellido. Es posible que se trate de Vicente (o Juan Vicente) Landaeta, quien como Teniente Co­ronel había ocupado a Sabanera de Jujure en octubre de ese año. Véase nota 1 del doc. N° 447.

[20] Natural de San Carlos. De larga y meritoria actuación, hasta alcanzar el grado de General.

[21] Posiblemente se trate de Mauricio Encinoso o Ensinoso, prócer barinés que en julio de 1811 era Presidente en turno dela Junta Superior de Gobierno de Barinas. Luego de haber sido herido en la acción de Araure, se distinguió en la de La Victoria en febrero de 1814, fue de los expedicionarios de Los Cayos en 1816 y resultó herido nuevamente en la batalla de El Alacrán en 1817. En 1821, ya Coronel, mandaba el Batallón de Granaderos de La Guardia. Fue, posteriormente, Comandante General de la Provincia de Trujillo.

[22] Hermano del mencionado en la nota 16. Había nacido en Caracas en 1797. Murió en la acción de San Mateo, el 27 de febrero de 1814.

[23] La letra "N", en este caso, indica que no se conocía o no se recordaba el nombre en el momento de redactar el parte. Durante los meses de marzo a mayo de 1814, un capitán Joaquín Espinosa actuó en las inmediaciones de Valencia. Acaso podría tratarse de la misma per­sona, pues los ascensos fueron relativamente rápidos durante aquellos meses de campaña muy activa. Había, sin embargo, otros oficiales de apellido Espinosa.

[24] Rafael Urdaneta. Véase la nota principal del doc. N° 145, en la correspondencia personal.

[25] Luis María Rivas Dávila. Véase la nota 5 del doc. N° 355.

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