Boletín del Ejército Libertador de Venezuela. N° 22.
El enemigo lisonjeado con la ventaja obtenida en Barquisimeto por Ceballos, ventaja debida a un accidente desgraciado e imprevisto, y de que no sacó utilidad alguna, marchó desde Puerto Cabello con todas sus fuerzas por el camino de Patanemo, y se situó en diferentes alturas del cerro de Vigirima.
Esta mañana a las seis atacaron nuestras tropas a las españolas [1], dirigiéndose una División al mando del Comandante D’Elhuyar [2] por el lado izquierdo hacia la cúspide [3] y el General de División Ciudadano Joseph Félix Ribas con el resto por el centro. Después de seis horas de fuego, volvieron los nuestros a sus posiciones, sin haber podido lograr atraer al enemigo, que no se atrevía a desamparar la montaña, a pesar de haber hecho nuestras Divisiones varias retiradas falsas.
Nuestras tropas ocupan los mismos puestos que al principio, deseando que el enemigo baje a donde pueda maniobrarse.
Por los prisioneros y pasados, tanto a este ejército, como por el Palito, y principalmente por el último, que es del Regimiento de Granada, se sabe que en Puerto Cabello, el castillo y demás fuertes apenas han quedado cien hombres; que el descontento es general; que en los ocho días que hace que están en movimiento, y en los ocho anteriores, no se les había dado un maravedí, pasándoles por ración diaria media galleta y dos onzas de arroz, con algún pedazo de carne, cuando la hay, pues de treinta reses que trajeron a estas alturas, sólo les quedaban cuatro para la fecha.
Aseguran también, que en la primera acción se pasarán muchos, que no han podido verificarlo aún por haberles hecho creer su Comandante que serían pasados por las armas.
En este día hemos tenido la desgracia de perder el benemérito y valiente Coronel ciudadano Manuel Villapol [4], que ha llenado su carrera gloriosamente, muriendo de un balazo; los servicios de este digno oficial, son conocidos en Venezuela, y hacen sensible supérdida. Han sido igualmente heridos los ciudadanos Capitán graduado Francisco Vélez [5], y Subtenientes Joseph María Trujillo, Francisco Marcano, y Francisco San Juan.
El General en Jefe, en vista de la bizarría de los oficiales, quedó satisfecho de su conducta, y premió en el campo con el empleo de Teniente al abanderado ciudadano Félix Mota [6], con el de Subteniente al Sargento primero ciudadano Antonio Cárdenas, y segundo ciudadano Manuel Acevedo, con el de Capitanes efectivos al graduado ciudadano Estanislao Castañeda [7], y al Teniente ciudadano Reyes González [8].
La pérdida del enemigo fue considerable.
El Ejército de Occidente se aumenta diariamente. La plaza de San Carlos [9] se halla fortificada y bien provista de toda especie de víveres y municiones, y el General Urdaneta [10] deseoso de ver al enemigo. Por todas partes se presentan nuevos recursos, se hacen nuevos esfuerzos, y la República va a ser salvada para siempre.
Cuartel General del campo de Vigirima, 23 de noviembre de 1813, tercero y primero.
Por el Mayor-General Rafael Urdaneta,
TOMAS MONTILLA.
Secretario de Guerra.
* De impreso de época coetánea. Han servido de fuente para la fijación del texto, el Boletín impreso como hoja suelta, en Valencia, por la imprenta del Gobierno, y además el texto publicado en la Gazeta de Caracas, N° XX, correspondiente al día jueves 2 de diciembre (sic: noviembre) de 1813. La Comisión Editora no ha podido examinar el original manuscrito de este documento. Sobre el firmante, véase la nota 10 del doc. N° 97, en la correspondencia oficial de esta Colección.
Los cerros de Vigirima se hallan entre Valencia y Puerto Cabello.
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