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DOCUMENTO 10026. PROCLAMA DEL LIBERTADOR EMITIDA EN LIMA EL 25 DE DICIEMBRE DE 1824 Y DIRIGIDA AL PUEBLO PERUANO CON LA CUAL INFORMA QUE EL PERÚ ES YA LIBRE, GRACIAS A LA ACCIÓN DE AYACUCHO. ENUMERA LOS HECHOS QUE SIRVIERON DE BASE A LA DECISIÓN DEL CONGRESO PARA EL NOMBRAMIENTO DEL LIBERTA­DOR COMO DICTADOR DEL PERÚ. PROMETE QUE DEVOLVERÁ ESTA ALTA INVESTIDURA AL CONGRESO, CUANDO ÉSTE SE REÚNA.*

SIMÓN BOLÍVAR, ETC., ETC., ETC.

Peruanos! El ejército Libertador, a las órdenes del intrépido y experto general Sucre, ha terminado la guerra del Perú y aun del continente americano, por la más gloriosa victoria de cuantas han obtenido las armas del Nuevo Mundo. Así, el ejército ha llenado la promesa que a su nombre os hice de completar en este año la libertad del Perú.

Peruanos! Es tiempo de que os cumpla yo la palabra que os di, de arrojar la palma de la dictadura el día mismo en que la victoria decidiese de vuestro destino. El Congreso del Perú será, pues, reunido el 10 de febrero próximo, aniversario del decreto en que se me confió esta suprema autoridad, que devolveré al cuerpo legis­lativo que me honró con su confianza. Esta no ha sido burlada.

Peruanos! El Perú había sufrido grandes desastres militares. Las tropas que le quedaban ocupaban las provincias libres del Norte y hacían la guerra al Congreso; la marina no obedecía al gobierno, el ex-Presidente Riva-Agüero, usurpador, rebelde y traidor a la vez, combatía a su patria y a sus aliados; los auxiliares de Chile, por el abandono lamentable de nuestra causa, nos privaron de sus tropas; y las de Buenos Aires, sublevándose en el Callao contra sus je­fes, en esta plaza a los enemigos. El presidente Torre Tagle, llamando a los es­pañoles para que ocupasen esta capital, completó la destrucción del Perú. La discordia, la miseria, el descontento y el egoísmo reinaban por todas partes. Ya el Perú no existía: todo estaba disuelto. En estas circunstancias el Congreso me nombró dictador para salvar las reliquias de su esperanza.

La lealtad, la constancia y el valor del ejército de Colombia, lo han hecho todo. Las provincias que estaban por la guerra civil reconocieron al go­bierno legítimo, y han prestado inmensos servicios a la patria; y las tropas que las defendían se han cubierto de gloria en los campos de Junín y Ayacucho. Las facciones han desaparecido del ámbito del Perú: esta capital ha recobrado para siempre su hermosa libertad; la plaza del Callao está sitiada y debe ren­dirse por capitulación.

Peruanos! La paz ha sucedido a la guerra; la unión a la discordia; el orden a la anarquía; y la dicha al infortunio; pero no olvidéis jamás, os ruego, que a los ínclitos vencedores de Ayacucho lo debéis todo.

Peruanos! El día que se reúna vuestro Congreso será el día de mi gloria: el día en que se colmarán los más vehementes deseos de mi ambición. ¡No mandar más!

Cuartel General Libertador en Lima, a 25 de diciembre de 1824.

SIMÓN BOLÍVAR

* De un impreso coetáneo: Gaceta del Gobierno [del Perú], Tomo 7, N° 22; Lima, 22 de diciembre de 1824, p. 1. Edición Extraordinaria; impresa bajo el titulo "PROCLAMA". Exis­te un borrador de esta proclama en el Archivo del Libertador, Sección O’Leary. Tomo 37, folios 339 recto- 340 recto, pero como guarda marcadas diferencias con el original, la Comi­sión Editora decidió presentarlo en apéndice del presente documento. También se encuentra en: Memorias del General O ’Leary, Tomo XXII, pp. 601-602.

APÉNDICE:

Ya no hay más españoles en el Continente Americano.

El Ejército Libertador, a las órdenes del intrépido y experto [1] general Sucre, ha terminado la guerra por la más grande victoria de las armas americanas [2] . Así, el ejército ha llenado la promesa que os hice a su nombre, de com­pletar en este año la libertad del Perú.

Peruanos: Voy a cumplir yo la palabra que os di, de arrojar la palma de la dictadura el día mismo que la victoria decidiese de vuestro destino. El Con­greso del Perú será reunido el 10 de febrero próximo, para devolverle [3] la auto­ridad, que me confió. [4]

Peruanos: El estado del Perú había sufrido grandes desastres militares. El ejército que le quedaba ocupaba las provincias libres; y hacía la guerra al Congreso y al gobierno legítimo. La marina no obedecía al gobierno. El presi­dente Riva-Agüero, traidor y rebelde y a la vez, se hallaba en guerra con su patria y sus aliados. Las tropas de Chile, por una defección habían abandonado vuestra causa. Las de Buenos Aires, se habían sublevado en las fortalezas del Callao, contra sus propios jefes y contra la libertad. El presidente Torre Tagle, llamó a los enemigos para que ocupasen esta capital y para librarse todo lo que le restaba al Perú. La discordia, la miseria, el descontento y el egoísmo reina­ban por todas partes. En estas circunstancias el Congreso me nombró dictador para salvar las reliquias de su esperanza.

Las provincias que estaban por la guerra civil reconocieron al gobierno legítimo, y han prestado inmensos servicios a la causa. Las tropas que las de­fendían a Riva-Agüero se han llenado de gloria al lado de los colombianos en los campos de Junín y Huamanguilla. Las facciones han desaparecido del ám­bito del Perú. Esta capital ha vuelto a recobrar su hermosa libertad; y el yugo que antes sufrían las provincias del Sur, ha sido roto por la espada de los íncli­tos vencedores de Huamanguilla. La plaza del Callao, última esperanza del enemigo, está sitiada y debe rendirse por la [5] capitulación.

Peruanos: La paz ha sucedido a la guerra; la unión a la discordia cruel; el orden a la anarquía; y la dicha al infortunio; pero no olvidéis jamás, os rue­go, que todo lo debéis a Colombia y a los bravos del ejército del Perú.

Peruanos! El día que se instale vuestro Congreso será el día que colme para siempre los más vehementes deseos de mi ambición. ¡No mandar más!

Notas

[1] Interlineada esta palabra.

[2] El período que se inicia "por la más grande" y termina en esta palabra interlineada, donde se testó lo siguiente: "del modo más glorioso en la pampa de Guamanguilla".

[3] A partir de esta palabra se había escrito: "devolverá a sus manos esta" [ilegible por deterioro del papel]. Espero que el Congreso no se arrepentirá de la confianza que puso en mí".

[4] Los vocablos "autoridad" y "confío" son de letra de Bolívar.

[5] Interlineado este artículo con letra de Bolívar.

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