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DOCUMENTO 9894. OFICIO DE TOMÁS DE HERES PARA EL GENERAL DE DIVISIÓN ANTONIO JOSÉ DE SUCRE, FECHADO EN CHANCAY EL 9 DE NOVIEMBRE DE 1824, POR MEDIO DEL CUAL LE COMUNICA LA ORDEN DEL LIBERTADOR PARA QUE RESUELVA LO CONDUCENTE A LAS COMUNICACIONES DE DOS OFICIALES. LE RECUERDA LA ORDEN DEL LIBERTADOR EMITIDA EN TARMA RESPECTO AL DESTINO DE OFICIALES SUELTOS; DA NOTICIAS SOBRE LAS FUERZAS ESPAÑOLAS Y REPUBLICANAS Y LE RATIFICA LA CONFIANZA QUE TIENE EL LIBERTADOR EN SUS ACCIONES.*

Chancay, 9 de noviembre de 1824.

Al Señor Sucre.

Anoche he recibido la comunicación de V.S. de 18 y 24 de octubre que condujo el teniente Naranjo. S.E. el Libertador, encargado del poder dictato­rial, queda enterado de todo y me manda contestar a V.S. lo siguiente:

Devuelvo a V.S. la solicitud del capitán Machuca y el oficio del cual Lara habla del subteniente Izquierdo, para que V.S. resuelva lo que estime conveniente. Antes he manifestado a V.S. que S.E. está por ahora separado de todo conocimiento en los negocios de aquella República. En Tarma se dio or­den para que todos los oficiales sueltos [1] que había en el tránsito marchasen inmediatamente al ejército. Hoy se ha dispuesto que se separen también los infinitos sueltos que hay por aquí para que sigan la misma dirección que aque­llos. Irán, pues, al ejército conduciendo los cargamentos que se han de remitir.

Lo que S.E. dijo a V.S. en la carta particular que V.S. cita en su oficio del 24, sobre las operaciones de la campaña, debió considerarlo V.S. como opiniones particulares de S.E. que hasta ahora ni ha variado, ni ha restringido, ni ha modificado siquiera las amplias autorizaciones que concedió oficialmen­te a V.S. en Sañayca. Por el contrario, confía cada día más y más en el tino, en la prudencia y en la actividad, en los conocimientos y en las demás cualidades que tanto distinguen a V.S. Lo que única y exclusivamente desea S.E. es la destrucción del enemigo con la menor pérdida nuestra, y a esta operación debe V.S. contraer todas las de la campaña. Enterado V.S. de esto, puede acantonar el ejército, puede V.S. continuar las operaciones activas; en fin, puede V.S. obrar como lo juzgue más útil al servicio público.

Por lo que pueda importar al conocimiento de V.S. diré, de orden de S.E. que hay noticias de que han llegado a Chiloé dos corbetas de guerra españolas, que debían salir de Cádiz 3.500 hombres para reforzar el cuerpo español en esta parte; de que la Santa Alianza no omite medio alguno, por mas criminal, por mas vedado que parezca, para perturbar el orden en América, para sembrar la discordia, para fomentar partidos y disensiones; por último, para arruinar la obra que tanta sangre y tantos sacrificios han costado a los amantes de la libertad e independencia. Resti­tuir la América al antiguo y vergonzoso estado de colonias españolas, o cuando menos levantar en ella tronos a las personas de su elección tales son decidida y obstinadamente las miras de la liga Santa.

Por otra parte, sabemos que desde el 24 de septiembre salieron de la Puna los buques que debían conducir de Panamá los 4.400 hombres de que he hablado a V.S. antes, que se esperaban por momentos el resto de las tropas hasta el completo de los 8.000 hombres. Que el día 1° salieron de Huanchaco para acá 200 hombres de infantería, el escuadrón Lanceros de Venezuela y 200 hombres de caballería que remite el prefecto de Trujillo. El Gobierno y las cartas particulares de Chile prome­ten que muy pronto debía salir la escuadra, y considerando que el vicealmirante Blanco ha sido relevado por el capitán Frosten, dan fundamentos para esperar que tendrá muy pronto lugar la venida de la escuadra chilena.

Se han dado por duplicado órdenes al coronel Estomba para que remita a V.S. 200 buenos reclutas, efectos para vestuario y todas las mulas y caballos que pueda recoger V.S. puede, si lo tiene a bien, activarlo para que le mande todo lo expresado.

Se está solicitando una cantidad considerable de fierro, que irá toda al ejér­cito.

Dentro de dos ó tres meses, sin falta, tendrá V.S. un refuerzo de 5.000 hom­bres de infantería compuestos de las tropas que vienen de Colombia, de 4000 re­clutas que se han pedido a los departamentos, de 200 que se han pedido a las provincias de Santa, Cajatambo, Canta y Huarochirí, y de toda la parte disponible de la columna de operaciones de esta costa, relevada por las tropas de Colombia, y a más 400 ó 500 caballos.

S.E. se ha impuesto con detenida meditación de la carta del general Miller del 22 de octubre en Mamará. S.E. me manda repetir lo que he manifestado a V.S. desde el principio de este oficio; esto es, que obre V.S. con absoluta libertad y co­mo convenga en las respectivas posiciones en que se encuentre el ejército del mando de V.S. y el enemigo. La victoria es cuanto desea S.E. recomienda a V.S. las dos consideraciones siguientes: 1.a Que de la suerte del cuerpo que V.S. manda, depende la suerte del Perú, tal vez para siempre, y la de la América entera, tal vez por algunos años. 2.a Que como una consecuencia de ésta se tenga presente que cuando en una batalla se hallan comprometidos tantos y tan grandes intereses co­mo los que llevo indicados, los principios y la prudencia, y aun el amor mismo a los inmensos bienes de que no nos puede privar una desgracia, prescriben una ex­tremada circunspección y un tino sumo en las operaciones para no librarlas a la suerte de las armas, sin una plena y absoluta seguridad de un suceso.

Con los sentimientos de la más alta y distinguida consideración, soy de V.S. muy atento y humilde servidor.

[TOMÁS HERES]

* De un impreso moderno: Mariano Felipe Paz Soldán, Historia del Perú independiente (1822-1827), Tomo II, 1919, pp. 81-83.

Notas

[1] Jefes u oficiales sueltos: la condición de "suelto" responde a los oficiales que no se encuentran destinados a una unidad.

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